Probablemente la mejor prueba de que nunca dejamos de ser futbolistas, aun en el retiro, es que cada muerte de un colega la sentimos muy cercana, sin importar que se dé al otro lado del mundo y tampoco si le conocimos personalmente.
Cientos y cientos de noches de concentración en hoteles de todos tipos, en cualquier parte del mundo y en cualquier rincón del País. Noches en su mayoría
rutinarias, pero cargadas de reflexión y muy a menudo, cargadas de sueños de futbol... algo que por el resto de las noches, en los años que nos quedan, continuarán.
El pasado 4 de marzo nos despertamos con la impactante noticia de la muerte del capitán Davide Astori durante la concentración de su equipo, Fiorentina, en Udine, previo al encuentro ante Udinese.
A los 31 años y en la plenitud de su carrera, el internacional italiano vivía una concentración como cualquier otra, una cena común y corriente, una visita a la habitación de su amigo, el arquero Marco Sportiello, como tantas veces lo había hecho para jugar PlayStation y un regreso a su propia habitación a la hora que acostumbraba.
La mañana del domingo, día del encuentro, ante su extraña ausencia en el desayuno, el utilero le encontró sin vida dentro de su cama, cubierto por las sábanas y sin el menor indicio de sufrimiento o desesperación. Un paro cardiocirculatorio le arrancó la vida sin el menor aviso ni antecedente.
En una de las múltiples muestras de cariño y admiración póstumas que se le dedicaron a Astori, existe la carta que su compañero Riccardo Saponara publicó vía redes sociales, en la que a través de muchas preguntas, destaca esos momentos en los que la personalidad del compañero representa mucho más que la del futbolista.
"...Quien llegará cada mañana a calentar el ambiente con su sonrisa?... Quién nos preguntará qué hicimos la noche anterior?... Con quién vamos a debatir sobre los restaurantes florentinos, las series de televisión y los partidos de futbol?... En quién apoyaré mi hombro tras el entrenamiento agotador?... En la vida hay gente con la que nunca conectas y luego está Davide, quien te integra con un simple: 'Benvenuto a Firenze Ricky'", escribió.
Tras 4 muy buenos años en la Fiorentina, Astori tenía ofrecimiento del presidente para renovar su contrato. Sus 2 principales clubes: Fiorentina y Cagliari, han retirado el número 13.
Imposible no relacionar la muerte de Astori con la de Toño De Nigris, ocurrida en 2009, también a los 31 años, a causa de una patología cardiaca e, igualmente, mientras dormía. En ese entonces, al igual que con el resto de los fallecimientos repentinos de futbolistas, una parte de nosotros, los futbolistas, se marchitó.
La lesión de un futbolista es también nuestra lesión, la enfermedad grave es también nuestra enfermedad y la muerte de un futbolista es la pérdida de al menos una parte de cada uno de nosotros.
Twitter: @FELIXATLANTE12