Ganó con puro corazón

Rafael Alarcón
en CANCHA


"Significa mucho lograr es tipo de validación en mi juego, elimina la presión y ansiedad no saber de cuándo volvería a ganar".

Phil Mickelson, campeón del WGC Mexico Championship
 
 
Creo se necesitaría estar presente para entender que la Final del World Golf Championships Mexico Championship tuvo un cierre que generó esos espasmos pocas veces sentidos viendo un torneo

de golf.

La segunda edición del Mexico Championship superó a la del año pasado. En esta ocasión lo sucedido en el último día de competencia podría ser una de las mejores finales que el golf de la élite haya vivido.

El liderato en el Club de Golf Chapultepec fue dominado las primeras tres rondas por la figura de Shubhankar Sharma, de la India, pero al abrir la puerta con un incierto inicio en la ronda final se fueron contra él una decena de jugadores, y cuando faltaban cuatro hoyos para terminar el último grupo, la pelea se cerró entre tres que se encontraban en 14 abajo del par.

En ese momento, Justin Thomas, quien ya jugaba el hoyo 18, pegó su segundo golpe desde el fairway a 118 yardas para embocar un águila que lo puso en 16 abajo del par y dos golpes de ventaja. La noticia viajó por los tableros de puntuación como rayo, y lo notaron Phil Mickelson, de los Estados Unidos, y Tyrrell Hatton, de Inglaterra.

Mickelson aspiraba a ganar su título 43 en el PGA Tour a sus 47 años; Hatton su primero de la series WGC, y ambos tenían que hacer dos abajo en los cuatro hoyos finales. En el 15 Hatton hizo águila y Mickelson birdie; al 16 el "Zurdo" emboca un putt muy difícil desde seis pasos en bajada; ambos hacen par al hoyo 17, y en el 18 Hatton comete un error garrafal al fallar en su segundo golpe desde 110 yardas, mientras que Mickelson salva el par y empata con Thomas.

El desempate inició en el 17, por cierto ya fue bautizado como "The Peak" (por ser el par tres que se juega en el PGA Tour a mayor altitud sobre el nivel del mar, a dos mil 824 metros) y la gran incógnita estaba entre quién ganaría.

Había dos opciones, Mickelson, que estaba jugando con todo su corazón, o Thomas, quien había ganado siete de los últimos 31 torneos jugados. Ganó Mickelson cuando Thomas se pasó el green en la salida y erró un putt de dos metros para mantener el empate.

Phil Mickelson merece un gran reconocimiento porque desde el año pasado tomó a cuestas la función no escrita ni solicitada de anfitrión por tener cariño a los mexicanos. Vive en San Diego, California, agradeció hablando en español, y dio espectáculo con su juego aventurero en cada hoyo.

A Mickelson le preguntaron su opinión sobre el torneo y el público mexicano para lo cual uso sólo una palabra: "perfecto", nadie puede competirle ni objetarle tampoco eso.

Hasta el próximo green.

 
 
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