El Clásico Nacional acapara la atención en esta Jornada 10.
Al margen de las circunstancias por las que atraviese cada uno, cualquier enfrentamiento entre las Chivas y el América ha tenido desde siempre su especial atractivo.
En esta ocasión, para variar, son opuestas las condiciones en que llegan unos y otros.
El América, entre los 18 participantes, como el equipo que mejor
ha jugado y más consistente ha sido en su juego, con uno de los tres planteles claramente superiores al resto de los equipos. Preocupado por igualar en ese renglón a los Tigres y al Monterrey... y consiguiéndolo.
Y en el otro extremo las Chivas, sin jugar tan mal como lo indican sus magros números y la vergonzosa posición que ahora ocupan en la tabla, pero sin alcanzar tampoco el nivel de juego que les permitiera aspirar a meterse en zona de clasificación.
Ambos llegan a este partido después de resolver con facilidad los respectivos compromisos en los Octavos de Final de la "Concachampions", pero con muy distintos panoramas en el Torneo de Liga.
Para las Chivas, perder este partido implicaría despedirse prácticamente de alguna posibilidad de meterse a la Liguilla; y para el América, un simple alto en un camino destinado a pelear por el título.
En ese sentido, es mucho más lo que el Guadalajara se juega en esta edición del más importante de los "Clásicos" en el futbol mexicano.
Es decir, que en esta ocasión son las Chivas las que están urgidas de salir airosas en este partido.
Una urgencia que puede funcionar como aliciente extra para jugar mejor, pero también como presión para confundirse en lo que jueguen.
A la superior calidad de las individualidades, las Chivas deberán oponerle ese futbol ordenado, solidario y dinámico que a veces son capaces de desplegar.
Sólo así podrán salir avante en este compromiso al que en teoría llegan en franca desventaja.
A ver si en la práctica.
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