Las notas, el análisis, las pláticas y los comentarios cotidianos de nosotros los futboleros de la Liga MX, normalmente van encaminados a los equipos que pelean en los extremos de la tabla y a los llamados "4 grandes". En el caso de los Torneos Clausura se habla mucho más de los equipos involucrados en el descenso.
Hoy quiero profundizar en la actualidad de un equipo que no es ni de arriba
ni de abajo, ni de los grandes ni de los pequeños, ni de los pobres ni de los ricos, pero sí de los que han adquirido un arraigo local importante y explotan su potencial regional: Xolos de Tijuana.
El equipo fronterizo ha pasado por varias etapas desde su ascenso a la Liga MX, en algunas de ellas tuvo un estilo definido (con el "Turco" Mohamed y Miguel Herrera), independientemente de los logros, y en otras anduvo errante (Farías y Coudet). Pero siempre ha sido un equipo serio, de estructura sólida y proyectos con respaldo.
Hoy Xolos de Tijuana es un equipo que llama la atención, pero por su inigualable bipolaridad. Detrás del récord de imbatibilidad en torneos cortos al inicio de un campeonato, obtenido en la Jornada 6, existe un equipo que se comporta diametralmente opuesto en casa y fuera del Estadio Caliente.
Si bien es siempre un mérito terminar un partido sin anotación en contra, también lo es anotar en cada encuentro. Solo que no se puede tener éxito constante y permanente si se plantean los partidos para finalizar 1-0 de local y 0-0 de visita. Eso es lo que Diego Cocca nos ha mostrado en la primera parte del Clausura.
En la Jornada 3, Xolos visitó a Monterrey, logró un empate a cero goles (penal fallado de Monterrey incluido), utilizó un solo delantero y no tuvo una sola llegada o aproximación de gol a la portería de Rayados.
Una semana después recibió a Puebla y el planteamiento fue totalmente distinto: dos atacantes y tres volantes ofensivos mostraron una cara muy prometedora para este equipo. Los ataques por la izquierda, encabezados por Malcorra, con Rivero de enganche, Chávez por el otro costado, junto al excelente trabajo que desempeñan Bou y Lucero dentro del área, Xolos se vuelve sumamente peligroso y ofensivo. Esa noche ganaron 2-0.
Para la Jornada 7, ya después de perder el invicto, Tijuana visitó a Pachuca, equipo que no ha mostrado su mejor versión y ha obtenido resultados tan intermitentes como apretados. El resultado fue otro encuentro en el que Xolos pretendía no perder y Pachuca no arriesgar demasiado. Diego Cocca encontró la manera de convertir a Malcorra (quizá el más desequilibrante) en un futbolista improductivo, en una zona donde no se siente cómodo y, más adelante, hasta con obligaciones defensivas. Otro partido de visita, otro juego sin daño alguno en la portería rival.
Xolos navega en la mediocridad absoluta de la tabla, en la confusión total de su potencial y en la decepción de su desempeño. Un plantel que a todas luces parece muy completo en todas sus líneas, con la combinación ideal entre experiencia y juventud (y una reducción considerable de extranjeros), nos obliga a pensar que debería pelear más cerca de las vanguardias que de las retaguardias.
Con el 50 por ciento del torneo por delante, parece muy complicado que el técnico argentino cambie su manera de plantear los encuentros, aunque muchos nos daríamos por bien servidos si al menos nos regala un estilo definido.
Twitter: @Felixatlante12