La realidad es virtual

Francisco Javier González
en CANCHA


Hay partidos que garantizan calidad por el simple hecho de que los adversarios la tienen en sus filas.

Como se pronosticaba desde que se publicó el calendario, el Tigres-América tenía que esperarse con especial atención por todo lo que entre ambos conjugan.

Y aunque no falta de vez en cuando aquel duelo esperado que termina siendo decepcionante, lo sucedido en el empate del sábado

correspondió a las expectativas y confirmó a los Tigres y las Águilas como auténticos aspirantes no sólo a volver a pelear el título, sino a llenarnos los ojos con actuaciones como esta que terminó en un salomónico y merecido empate. Muchos días de estos.

Hay equipos que, pese a tener buen plantel, experimentado entrenador y fiel afición, no reúnen con ello los componentes necesarios para ser triunfadores.

No está claro si el Cruz Azul y las Chivas saben exactamente lo que les está sucediendo. Mientras La Máquina cuenta con un plantel envidiable para muchos, y Guadalajara uno que padeció sus desajustes, no es para que estén reptando en lugares cercanos a la coladera de la tabla una vez más.

La primera temporada de Caixinha ha sido de ajuste con los equipos que ha dirigido. Si le estuviera sucediendo lo mismo, habremos de ver si esta foto borrosa del juego que practica su equipo se aclara en algún momento. El Necaxa mereció ganarle a domicilio porque a los Cementeros no se les encuentra la idea ni con GPS.

Lo de las Chivas podría estar pasando por problemas de pantalón largo que habrá de resolver de inmediato. La expresión facial de Matías Almeyda en la banca y la de sus jugadores en el campo distan mucho del esbozo que ofrecieron en las primeras jornadas, y más todavía de aquel equipo campeón de hace algunos meses.

El futbol, que ni es ciencia ni es exacto, ve a equipos descomponerse sin que a primera vista existan motivos suficientes.

Pero también actúa a la inversa: lo que no caminaba, de pronto vuela. Es el caso de los Pumas.

Su liderato y su juego se confirman semana a semana cuando tiene básicamente el mismo plantel de su fatídico torneo pasado. Hoy no extrañan al "Pikolín", Van Rankin es un lateral confiable; Quintana, un león, y Jesús Gallardo, una realidad. No se hable de la regularidad de "Nico" Castillo y el resurgimiento de Pablo Barrera.

Si esto hubiera sido escrito en diciembre, hubiera sonado a Día de los Inocentes. Hoy es la realidad que avalan números y desempeño.

La directiva puma, casi linchada, hoy demuestra que tenía razón: había que tener paciencia.

Pero nada es definitivo. Las loadas Chivas hoy sufren, y los imponentes Pumas eran carne de carroña.

Nada es verdad ni mentira. En este negocio nadie puede sentirse seguro.

 
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