Conocí a Jesús Martínez, dueño del Grupo Pachuca, en 2001, cuando los Tuzos subían y bajaban de división; es más, ni estadio tenían y jugaba en el Revolución. Poco después, el equipo y el grupo empezaron a crecer -todo el mundo lo sabía-, con base en donaciones de los Gobiernos priistas de Hidalgo.
El Pachuca construyó un emporio. Es verdad que los terrenos habrían servido para escuelas o
cosas prácticas para la gente. Hidalgo es un estado pobre, pero se lo dieron al futbol, que construyó campos, el Salón de la Fama, una universidad, una escuela de medicina y muchas cosas más.
En esa época, el Veracruz también era apoyado totalmente por el Gobierno, es más, el Gobernador era el dueño. En la época de Miguel Alemán, Rafael Herrerías manejaba al equipo y tenía todo a su alcance: agua, predial gratis, impuestos condonados y apoyo a jugadores, como Cuauhtémoc y Kléber.
En Aguascalientes no tenían futbol de Primera y, como el Necaxa no funcionaba en el Estadio Azteca, a Televisa se le hizo fácil cambiarlo y el Gobernador, Luis Armando Reynoso Femat, construyó un estadio muy bonito que el Necaxa nunca llenó. Fue manejado por Justino Compeán y Guillermo Lara a su antojo. Todo era gratis.
El Gobierno de Puebla es dueño del estadio, lo cubrió y costeó el gasto. En Chiapas hubo Gobernadores que eran dueños de los pases de futbolistas y quebró el equipo. Eso, por supuesto, lo sabe el Consejo de Dueños de la FMF, que se reúne cuando siente que hay un problema o para beneficiarse con algún negocio.
La renegociación de los partidos de la Selección por ocho años más se hace en lo oculto. Llega una oferta -posiblemente promovida por el Grupo Pachuca, no lo sabemos- mejor que la que de Televisa, que enfurece y tapa todo, sobre todo por el beneficio a Univisión, un gran negocio en Estados Unidos.
La Selección, pase lo que pase, siempre será propiedad de Televisa, que la comparte -para que no haya críticas- con Azteca, al que poco le importa el futbol.
Pero en la actitud de Televisa se vio de inmediato la venganza: se sabía perfectamente cómo había crecido el Grupo Pachuca, pero hace un reporte especial y no con la división de deportes, que no sabe hacerlo, por supuesto, porque al que lo presentó le temblaban las piernas, ya que ha ido como jurado al Salón de la Fama. Quisiera pasarles la lista de periodistas en la nómina del Pachuca, pero sería muy cruel de mi parte fastidiarles la vida.
Me sorprende la actitud revanchista y visceral de Televisa, una empresa grande, que tiene problemas y ha bajado enormemente su credibilidad: lleva más de 50 años conduciendo a la Selección sin resultado más que fracaso tras fracaso.
Lo que se dice en el reporte es verdad, ya se sabía, pero cuando Azteca pasaba los juegos del Pachuca, todo se callaban y quedaba entre amigos: las comidas se hacían en la casa de los Tuzos y aparecían los jerarcas del futbol mexicano.
Cuando el Pachuca rompió el monopolio y se fue a la televisión de paga, empiezan el enojo y la persecución. Aparece Carlos Slim y el Pachuca se siente protegido, aunque cinco años después deshace del negocio.
Sorpresivamente, en el reporte nombran a funcionarios priistas, el último el ex secretario de Gobernación. Curioso: Televisa da la vuelta políticamente y busca credibilidad criticando a los mismos que apoyó para llevarlos al poder. Me pregunto qué hace el suegro de Emilio Azcárraga al lado de Andrés Manuel.
No pasa nada, pueden tener a la Selección, se la pueden comer y hacer lo que quieran con ella, para ellos es el negocio más poderoso. El Pachuca lo sabía y es vulnerable por lo que ha hecho. Por eso viene el ataque directo contra el grupo, que se ha beneficiado con regalos y terrenos para construir, construir y construir.
Esto no va en defensa del Pachuca, ni mucho menos. Tendría que ponerse de en regla y, si puede, pagar los terrenos para no ser perseguido. Hay amenaza de que lo echen del futbol, porque molesta.
Cuando Emilio Maurer y Francisco Ibarra lograron quitarle algunos partidos de la Selección a Televisa, con otros personajes, igual pasó: Maurer fue a dar a la cárcel. Aunque salió, poco después lo metieron en la cajuela de su coche y lo tiraron por un barranco. Se salvó de milagro.
Hay cosas que se pueden pasar, pero otras, por ser la Selección, no. Es demasiada la venganza, el odio y la parafernalia para que todo el mundo se entere.
Si es venganza política o deportiva, sólo ellos lo saben. Martínez sabía que iban a atacarlo con todo, hasta que suelte al equipo, como Maurer. De acuerdo con el Gobernador Mariano Piña Olaya, cuando el Puebla andaba mejor cerraron el estadio y el equipo anduvo por todos lados hasta que lo obligaron a vender.
Así se maneja el futbol en México y así aprieta la empresa que lo dirige desde hace muchísimos años y lo hará de por vida. El problema es que creen que con "La Rosa de Guadalupe" van a tranquilizar al pueblo.
¡No! El País ya es otro y las redes son otras, aunque paguen bots para golpear gente con sadismo y grosería para perjudicar su imagen.
Televisa debe mirar hacia atrás y ver cómo ha bajado en la bolsa de valores. El Pachuca hacer lo mismo y ponerse al corriente con el Gobierno. De otra forma, seguirán las amenazas y revanchas. El futbol es lo que menos importa: es de Televisa y los demás no cuentan.
No sé cuándo vaya a terminar la multipropiedad, tan criticada; hay dueños de tres equipos y nadie dice nada. ¿Y quién inventó la multipropiedad, ése cáncer del futbol mexicano? Hoy, mañana y siempre mando.
El futbol mexicano es un espejo roto, opaco y sucio en el que nos miramos todos los días. Lamentable.
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