San Cadilla
en CANCHA


Sancasos de la vida real
 
Hoy les voy a contar una historia llena de drama, intriga, suspenso, traición y hasta desamor...

No, amiguitos, no es que el espíritu de Corín Tellado se haya apropiado de esta filosa columna, es que de verdad así estuvo la contratación de Rubén Omar Romano como DT del Atlas.

Pero como dice el dermatólogo: Vamos al grano.

El miércoles, al

medio día, se reunió el vicepresidente rojinegro Alberto de la Torre con Romano en un conocido café de Providencia donde afinaron los detalles del proyecto y le informó que "no entraba en planes" Norberto Scoponi, su fiel escudero desde hace aaaños.

Manobeto se retiró, el DT se quedó desencajado y solitario en la mesa; se fumó un par de cigarros más, pagó la cuenta y se retiró.

Para el resto del mundo resulta difícil de entender, pero en el gremio futbolero existe una singular lealtad alrededor de los equipos de trabajo de los entrenadores.

A Romano ya lo habían abandonado Luis Canay, que se fue como preparador físico a Ciudad Juárez, y Gilberto Adame, quien auxilia al "Piojo" Herrera en el AME. Se entiende. Ya eran más de dos años sin conseguir equipo. Scoponi se mantuvo.

Saliendo del café, Rubén llamó a su amigo Norberto, con el que usualmente comparte largas horas de comida y café en Andares.

"Escuchá: los del Atlas no te quieren, no me quieren decir qué, pero no te puedo shevar; me voy a juntar con Gustavo Guzmán para luchar por vos", le dijo Romano.

Sin embargo, unos minutos después le hablaron a Romano para decirle que fuera a firmar su contrato y acudió presuroso.

A las 23:30 horas, el flamante DT del Atlas le llamó por teléfono a su amigo: "No pude hacer nada, me pusieron a Gerardo Espinoza de auxiliar. Espero lo entiendas por nuestra amistad".

Así ocurrió. No queda claro por qué prefirió a Gabriel Pereyra, su otro auxiliar y al que sí se llevó.

Una amistad de más de 15 años se tuvo que romper para que Rubén llegara al Atlas.

 
 
¿Solo?

Una de las preocupaciones de los mandamases del Atlas era el desorden personal que había vivido Romano, tras dos costosos divorcios.

De hecho, en Puebla aún recuerdan que a la directiva le exigía un boleto de avión y un cuarto de hotel para que su entonces esposa, Sabrina Olivera, pudiera acompañarlo a la mayoría de los juegos de visitante.

Además del costo, la bronca era que, como la señora es bastante atractiva, en las concentraciones los futbolistas le pasaban el escáner, los rayos x, el ultrasonido y hasta mirada de Superman, al grado que una vez Adame les tuvo que pedir que le bajaran porque era la esposa del DT.

Así que ayer, Rubén quiso dejar claro que vive otra etapa y abrió de capa su vida privada: "No tengo pareja, no tengo esposa. Tendré mucho tiempo para trabajar", declaró.

Pues sí, todo estaría perfecto, de no ser porque Romano sostiene una relación amorosa con la comentarista de TV, Paola Velasco, quien minutos antes presumía en Facebook la llegada de Romano al Atlas: "Mi guapo está de regreso".

Se me hace que alguien durmió anoche en la bañera.

 
 
Molero II
 
Que conste que no me gusta decir "se los dije", pero el martes ya les había contado que Juan Cambios Osorio iba a llamar a Oswaldo Alanís al Tri para el molero en San Antonio, aún cuando no ha jugado en lo que va del torneo.

Aunque el argumento del DT es que el "Hummels" de Michoacán es de los pocos zurdos que hay, en realidad hay un mensaje a toooodos los directivos de clubes y federativos: No importa que un futbolista tenga un conflicto contractual, si él lo desea, lo va a convocar.

Ahora que está convocado, ¿creen que Mati Almeyda lo tenga en la banca mañana contra Rayados?

Yo no.

Sobre los llamados de Gibrán Lajud y Henry Martín -que causaron sorpresa- fue para darle descanso a dos veteranos como Jesús Corona y Oribe Peralta, aunque en realidad ambos tienen escasas chances de ir al Mundial.

Bueno, en una de esas Martín ni siquiera a San Antonio, porque increíblemente ¡el americanista no tiene visa para EU! Pos así cómo.

 
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