Voto de confianza
Con la novedad de que los altos mandos del Atlas no están cerrados a que en una de esas el equipo se ponga las pilas con Gerardo Espinoza y éste pueda quedarse al frente del equipo por más tiempo, porque ahorita tiene la etiqueta de interino, porque hay juego de Liga el viernes, en casa.
De entrada, la jugada que se están aventando los directivos
atlistas con el sinaloense no luce tan descabellada.
Digo, de eso a que regresen cartuchos quemados a la actividad, un nuevo ciclo no estaría mal, sobre todo porque el discurso no está desgastado como el de algunos que conozco por ahí.
Una de las ventajas de que el "Loco" -así le dicen, no crean que ando de llevado- pase la prueba de fuego en el partido del viernes, frente al Toluca, es que Rafael Márquez tendría aún más poder del que ya de por sí tiene en el equipo.
¿A qué me refiero? Con la mano en la cintura, el capitán podría acercarse con Espinoza para hacerle suregencias en cuestiones futbolísicas, como a quién poner en qué posición, quién no está dando el ancho o qué sistema implementar en ciertos partidos.
Las tablas que tiene Márquez, desde luego, lo avalan para que se dé el lujo de hacer sugerencias, como lo ha hecho con diferentes técnicos desde que llegó al Atlas.
En una de esas, el ambiente se relaja y todo se vuelve más llevadero, porque en la recta final con José Guadalupe Cruz el vestidor estaba más roto que la relación con la suegra en un proceso de divorcio.
O sea, las cosas estaban tensas y lo que le sigue, porque la mayoría de los pateabalones como que ya había tirado la toalla, como de esas veces en las que se asume que no hay salida.
Estén muy atentos a todo lo que pase con Espinoza, quien, por cierto, tiene a su favor el amplio conocimiento de los juveniles, situación que se perdería el Atlas, por lo menos de entrada, si llegara un técnico del extranjero.
Por lo pronto, no le pierdan pista al de Ahome, porque en una de esas convence a los jefes.
Los malandros
Para nadie es un secreto que la inseguridad y la delincuencia en el País está a doble o triple turno por las calles, y los pateabalones no se salvan de padecerla.
Apenas el domingo tocó ser víctima de los ladrones a Luis Reyes, defensa lateral derecho del Atlas, quien no tuvo de otra más que darle las llaves de su camioneta a un hampón que lo abordó después de que hizo unas compras en una farmacia cercana a su domicilio.
Debe ser frustrante saber que no se puede andar tranquilo por las calles, ante el riesgo de que los malandros lo intercepten a uno para bajarle su vehículo, el celular o la cartera.
Dentro de lo malo, lo rescatable de este caso es que todo quedó en pérdidas económicas y el "Hueso" estará apto para jugar el viernes contra el Toluca, si así lo quiere el timonel interino, Gerardo Espinoza.
El futbolista fue apoyado el lunes por la directiva del Atlas y por la tarde interpuso la denuncia ante la Fiscalía, ahí mismo en las oficinas del club, ya que los fiscales se trasladaron al lugar para ahorrarle la visita a la dependencia, en la zona industrial.
Lo lógico que podría pensarse es que, después de esta amarga experiencia, el futbolista rojinegro será más precavido.
Otros, en cambio, parece que no reducen los riesgos o se la siguen jugando a ser interceptados, al presumir vehículos de alta gama aun cuando ya pasaron un susto como el del "Hueso".
Por ejemplo, hace varias semanas a un jugador de las Chivas, quien también despacha como lateral derecho, le robaron una camioneta de lujazo -de una marca alemana que comienza con "P" y termina en "orsche"- que había sido propiedad de un histórico goleador del equipo.
Para reponerse de la tristeza, ese mismo "Chapo" -así le dicen por ser bajito-, se compró ahora una SUV de mayor lujo, marca británica y más alto precio.
Aunque lo ideal es que la gente pudiera andar por la calle sin temor, la realidad es que, lamentablemente, la ocasión hace al ladrón.
Espero que en el futuro se cuiden o mínimo pongan rastreador satelital en sus juguetes para que no pasen por una experiencia similar.
¿Qué necesidad?
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