La alegría oculta de Chivas

Francisco Javier González
en CANCHA


El resultado es tirano porque todos estamos supeditados a él.

La vida la solemos ver desde lo que él nos dicta: eres triunfador o no lo eres. Sumas, acumulas o no lo haces. Y la sonoridad de su voz es tanta, que generalmente no se escucha más que su sentencia.

Es tarea de quienes construyen el futuro, que en el futbol es muy corto, escuchar los otros murmullos que suenen por debajo

del marcador. Definir los motivos de un resultado sin darle todo el crédito, no obstante la dictadura definida.

Las Chivas recuperaron la alegría. Su primer tiempo contra Cruz Azul fue una sinfonía de movimientos, de velocidad, del balón conjugado en el mejor de sus tiempos que es atacando, inventando espacios, combinando con velocidad y precisión.

Pero esa alegría recuperada después de 6 meses en la oscuridad, fue apagada porque lo que no ha recuperado es el gol: lo más difícil de conseguir en las Chivas desde hace mucho tiempo y en el futbol en general.

El partido estelar de la jornada vio a Cruz Azul arrancarle el duelo al Guadalajara en su propio estadio gracias a que nunca bajó los brazos. Ni en medio de los peores sufrimientos del primer tiempo, la Máquina dejó de intentar pese a que el adversario era mejor.

Y luego, lo de tantas veces: hay un punto de inflexión en el partido que cambia la historia. El penal con polémica con que inicia el segundo tiempo y luego un golazo de Rafael Baca, a quien su técnico ha soltado las amarras para que llegue con más frecuencia hacia el frente.

Queda pues el apunte: en dos jornadas el Guadalajara tiene una unidad y le viene una visita a Necaxa en la que para que el buen trabajo que ha realizado no quede machucado por el pragmatismo, algo importante debe sacar.

El duelo en el Azteca entre América y Pachuca fue espectacular porque más allá de los goles errados y acertados, se opusieron dos equipos que buscan la victoria y son de lo más granado que tiene el torneo.

Ambos pudieron ganar o perder pero cargan en la espalda, como algunos otros, el peso de dar espectáculo, de intentar ganar de determinada manera aunque su potencial apenas da sus primeros pasos en el semestre.

Se les agradece, lo mismo que a Pumas, cuya imagen cambia a grandes pasos respecto al sótano del torneo pasado.

El triunfo sobre Atlas -¿destinado por siempre a no pasar de perico perro?- merecido y por momentos lucidor, levanta suspiros en un Pedregal que necesita recompensas a la paciencia.

El clásico del domingo contra las Águilas revelará cosas muy interesantes sobre los dos.

Con refuerzos por debutar y convicciones que respetar hasta por encima del resultado, hay clubes que generan entusiasmo en una campaña incipiente pero prometedora.

 
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