Mexicana inconsistencia

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Inquietante resulta la tradicional irregularidad en el futbol mexicano.

El arranque del Torneo de Clausura sirvió, entre otras cosas, para confirmar esa inconsistencia en el rendimiento, sello característico en todos y cada uno de los participantes en el Máximo Circuito; y suponemos que con mayor razón en los de categorías inferiores.

Ni siquiera en los casos de los Tigres, el

Monterrey y el Pachuca se justifica el flojo arranque.

Como pretexto, suena endeble el del poco tiempo que tuvieron, sobre todo Rayados y Tuzos, entre su último partido del año anterior y el primero de éste.

¿De veras no pueden los futbolistas regresar en las mismas condiciones físicas y anímicas después de un receso de dos, tres o cuatro semanas?

¿Acaso manteniendo el nivel físico y mental no pueden retomar el debido "tono futbolístico" después de cuatro o cinco días de volver a pisar la cancha?

¿Tendrá que ver la falta de profesionalismo, de una adecuada cultura deportiva, con esa aparente imposibilidad de mantenerse en la debida forma sobre todo después de esos recesos decembrinos?

Porque el problema de esa inconsistencia, además, es que no sólo se manifiesta entre el final de un torneo y el inicio del otro, sino semana tras semana, e incluso dentro de un mismo partido.

Pocas escuadras son capaces de ofrecer actuaciones redondas, partidos bien jugados de principio a fin, durante los 90 minutos.

Muy de vez en cuando puede verse alguna que a lo largo de seis o siete partidos consecutivos sea capaz de jugar en su nivel óptimo.

Y mucho menos, quizá nunca, hemos visto a un equipo mexicano jugando realmente a su propio tope durante cinco o seis años seguidos.

Desde los distintos frentes, algo debe hacerse para acabar, de alguna forma, con esa tradicional inconsistencia en el desempeño de los equipos, mucho más pronunciada en nuestro futbol que en el de otros lares.

A ver hasta cuándo.

 
Twitter: @rgomezjunco