El caudillo
Pocos en México conocen la historia de Matías Almeyda como jugador en Europa, como tipo que luchaba por lo que creía justo, como el caudillo que no dejaba que alguien atropellara sus derechos o lo que creía digno para su carrera, por lo que él entregaba en la cancha.
Aaaaah que tiempos aquellos, como los que el propio "Pelado" relató en Argentina para la
revista El Gráfico, sobre la forma en la que confrontó cuando el sueco Sven Goran Eriksson le quiso marginar de la Lazio de Italia, dejándolo fuera de la formación titular en la Final de la Supercopa europea ante el Manchester United en el 2000. Un año antes según cuenta el mismo, había sido elegido el mejor jugador del Calcio.
"Dos días antes, (Eriksson) planta el equipo y me deja afuera. Yo merecía jugar esa final porque habíamos logrado el pasaporte ganando la Recopa. Me fui del entrenamiento a mi casa, que quedaba cerca, y me metí en la cama, como John Lennon. Enseguida vino el director deportivo a pedirme que volviera. Los atendí en mi habitación. Al final, Eriksson me dijo que me ponía, pero que debía mejorar varias cosas. Le dije que estaba bien, pero que el partido con Manchester, yo merecía jugarlo. El tema es que ya empezaba la movida de traer a (Hernán) Crespo y me querían limpiar", relató Almeyda.
Otra de sus luchas fue contra la directiva del Parma, a los que les peleó le pagaran su contrato cuando lo querían dejar fuera del equipo por problemas financieros.
"Yo tenía uno de los contratos más altos, quebró el club y querían que me fuera. Yo no les quería regalar nada, pero empezaron a operar con la barra. Una vez me robaron el auto y otra entraron en mi casa y dejaron la marca de una mano engrasada en la pared. Estaban arreglados con el presidente", platicó.
Aquel Almeyda hoy ya no es más un jugador, sino el técnico del Guadalajara y ayer muchos que antes le tenían idolatrado, le reprocharon en las redes el ponerse del lado de la directiva y no de Oswaldo Alanís, como muchos esperaban se pusiera.
El Almeyda de hoy sí se encargó de precisar que es el propio "Hummels" de Michoacán el que decidió su destino, pero que por ser buena onda y no un tipo conflicto, él ahora como técnico, le deja entrenar como uno más, porque en otro club ya le habrían separado.
¿No sería que Decio de María de verdad le sugirió al Tío Higuera que lo reintegrara y así apagar alguna reacción del Sindicato de pateabalones? Yo nomás digo.
En los capítulos de esta novela amiguitos, al "Pastor" ya le tocó su parte para quedar como villano, pero todavía faltan los capítulos en los que Alanís deberá explicar su rol en esta historia.
A lo mejor lo hace ya que logre irse a un equipo de Segunda División en España, haciendo uso del reglamento de FIFA, consciente de que el Mundial se le puede ir por luchar por el que él piensa es su sueño.
A esto le queda cuerda, así que no le cambien de canal y sigan atentos a esta novela rojiblanca.
El niño nuevo
Si Cristopher Toselli tiene que lidiar con la adaptación de vivir en una Ciudad totalmente diferente para él, también está como el típico niño que recién entra a la nueva escuela y todos lo ven con recelo porque resultó ser el "aplicadito".
El portero chileno ha trabajado muy bien en sus primeros días con el Atlas, luciéndose en la mayoría de los ejercicios que realiza el grupo de porteros, metiéndole ganas a todos los trabajos y atendiendo a las indicaciones del profe, tal cual debe ser, peeeeero el problema es cuando termina de entrenar.
Sí, ahí es donde la puerca torció el rabo, porque a la hora de la típica charla mientras los jugadores se hidratan, a Toselli le aplican la del niño nuevo en el recreo y termina en la esquina solito comiéndose su lonche de huevo con chorizo sin convivir con nadie.
Entre los descansos, los porteros más jóvenes se reúnen a platicar Miguel Fraga, mientras Toselli está a unos pasos, en silencio total, como niño en escuela nueva.
Con Fraga el tema es que creía que con Óscar Ustari lesionado, era nuevamente su momento de brillar, sobre todo porque respondió cuando se lo pidieron, mientras que los jóvenes vieron una oportunidad de mínimo jugar en la Copa Muy X, pero Tosseli llegó como refuerzo y de buenas a primeras les borró muchas de esas ilusiones.
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