Dos horas y media después de terminada la final, en el estacionamiento del Estadio BBVA Bancomer, a la 1:30 am, la figura del partido, Avilés Hurtado, continuaba complaciendo a todo aquel que solicitaba una foto, un saludo o un autógrafo.
Era, en buena medida, la liberación parcial de lo que el colombiano ha sufrido estas 2 semanas tras perder ante Tigres la Final y, por supuesto, el dolor
por el penal fallado. Pero también era el reflejo de lo que todo el plantel rayado sentía: un bálsamo que mitiga por un tiempo el dolor que siente su afición y el colofón de un año excepcional en números, que permite no pasar Noche Vieja sin conseguir un título.
Tuve la oportunidad de ir a Monterrey para la series de Cuartos, regresé para esta Final de Copa. En ambas visitas la ciudad se encontraba en calma. La primera por la indiferencia de lo que ya es una costumbre: clasificar, pero también gracias a la confianza que tenía la afición regiomontana de llegar a la Final de Liga (y enfrentar por primera vez en esa instancia a su acérrimo rival). La segunda por el desconsuelo aún vivo que incluso se hizo notar en el estadio, con mas de 15 mil asientos vacíos.
Monterrey entero vive hoy de manera constante bajo un estado de ánimo y una temperatura regidos por sus equipos de futbol. Monterrey es la envidia futbolera del resto del País y se saben un peldaño arriba de los otros 16 participantes. Es, hoy por hoy, la rivalidad sana en su máxima expresión, que divide por partes iguales a una gran ciudad.
La Copa MX se ha vuelto un torneo que cada equipo enfrenta a su manera y de manifestaciones contrastantes.
Monterrey celebra con este título la justificación de invertir tanto y dedicar tanto, después de padecer tanto. En su momento, a finales del 2016, Querétaro festejó el trabajo consciente de una directiva fresca, que supo conformar un equipo atractivo y balanceado, capaz de vencer en su estadio a las Chivas en penales y que permitió festejar el primer título en Primera División para cualquier franquicia radicada en ese estado. No había manera de caer en el exceso al celebrar esa Copa en Querétaro. Realidades opuestas en la misma competencia.
La batalla en Monterrey es por la supremacía en títulos de Liga y competencias internacionales. Un duelo exclusivo para ellos dos. Desafortunadamente la Copa MX es, como lo ha dicho el "Turco" Mohamed: 'solamente una caricia para la afición' ( y si no, favor de preguntar a cualquier aficionado de Cruz Azul).
Rayados ha celebrado con la mesura y la prudencia necesarias su segundo título de Copa, 26 años después del primero. La herida provocada en la Final de Liga ha sido muy profunda para cada uno de ellos y una gran lección... la disponibilidad de Hurtado es una fiel muestra de que este equipo aprende todos los días lo que significa ser parte de los grandes y cliente frecuente de las Finales.
Twitter: @Felixatlante12