La hora de la verdad

José Pablo Coello
en CANCHA


Desde el día en que se dio a conocer el calendario de la NFL para la presente campaña, el duelo de esta tarde entre Acereros y Patriotas quedó marcado como una fecha clave en la ruta crítica de la Conferencia Americana rumbo a los Playoffs.

Y es que tras haberse visto las caras en la antesala del Súper Tazón en enero, ambas escuadras parecían tener elementos suficientes para aspirar a

regresar a esa misma instancia al término de la temporada 2017.

Aunque la forma en la que Pittsburgh y Nueva Inglaterra han solventado sus primeros 13 compromisos del año quizás difiera un poco de lo que imaginábamos en aquellos días, han confirmado que son los dos equipos más consistentes de la Liga, y tienen muy buenas posibilidades de volver a encontrarse en el Juego de Campeonato.

Es altamente probable que el ganador de hoy juegue en casa toda la postemporada, lo cual hace de éste un partido crucial.

Sin embargo, estoy convencido de que el enfrentamiento de hoy tiene una trascendencia mucho mayor para la escuadra de Mike Tomlin que para los actuales campeones.

Ben Roethlisberger llegó a la NFL en 2004 y desde entonces solamente han podido vencer tres veces a Nueva Inglaterra.

En su temporada de novato ganó el duelo de temporada regular, pero terminó perdiendo el Juego de Campeonato de la Conferencia Americana.

En la campaña del 2008, y con Brady lesionado, Pittsburgh venció a los Patriotas camino al título en el Súper Tazón XLIII.

El último triunfo de Big Ben sobre Brady se produjo en el 2011, pero aquella campaña terminó con la dramática derrota en Playoffs ante los Broncos de Tim Tebow.

El caso de Mike Tomlin es similar porque, tras llegar a la Liga en 2007, solamente le ha ganado dos de ocho duelos a Bill Belichick.

En pocas palabras, los Patriotas les tienen tomada la medida a los Acereros desde hace más de una década, y tres de los cinco títulos que han conquistado llegaron después de eliminar a Pittsburgh en el Juego de Campeonato.

La ofensiva que coordina Todd Haley parece haber entrado en ritmo y, de la mano de Roethlisberger, Bell y Brown, será un reto formidable para una defensa que, aun habiendo mejorado en las últimas semanas, no deja de ser vulnerable.

Y aunque la defensa sin Ryan Shazier pierde versatilidad y solidez, pudiera tener argumentos para sacar de ritmo a Tom Brady.

Es cierto que nadie nunca ha conquistado un Súper Tazón en diciembre y que, aun ganando esta tarde, los Acereros tendrán que demostrar que son capaces de vencer a Nueva Inglaterra en un duelo de eliminación directa. Sin embargo, la oportunidad para Pittsburgh parece inmejorable.

La victoria no sólo les aseguraría ser locales en los Playoffs, sino que mandaría un mensaje contundente de que este grupo es capaz de ahuyentar a los fantasmas del pasado, y competir con Belichik y Brady a la hora buena.

 
 
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