Deportes complementarios

Félix Fernández
en CANCHA


Siempre he pensado que los deportes son complementarios entre sí: los individuales con los individuales, los de equipo con los de equipo y los que dependen exclusivamente de uno mismo con los de conjunto. Porque al final, existen funciones individuales en todo colectivo. De cada una de las disciplinas deportivas es posible sacar lecciones, no solamente para desempeñar otro deporte, sino para la

vida diaria.

En días pasados tuve el gusto de ser anfitrión de Rodolfo Cota, portero de Chivas, en la ciudad de Miami. A manera de colofón para su visita, fuimos al Hard Rock Stadium a ver el duelo Dolphins vs. Patriots. Cota y su esposa nunca habían asistido a un encuentro de futbol americano y su conocimiento de un deporte, tan de este país, era básico.

El espectáculo estaba garantizado pese a la enorme diferencia entre ambos equipos.

Un día después, en redes sociales, compartí un breve video de Cota en el estadio, donde manifestaba su gusto por el espectáculo que había presenciado. Pronto un gran periodista de todos mis respetos y simpatías, Jorge Ramos (uruguayo de ESPN), realizó en su programa un comentario en contra del futbol americano y nuestra decisión de haber asistido. De inmediato comencé mi reflexión acerca de lo complementario que pueden ser todos los deportes, si es que se analizan con la suficiente apertura, respeto y admiración por quienes han logrado ubicarse en la élite de su respectiva disciplina.

Al principio Cota se sintió atraído por el estadio, el colorido y el espectáculo tan diferente que veía, pero poco a poco fue tomando interés en el juego mismo, sus particulares reglas, las tácticas de juego y, por supuesto, la potencia, velocidad, precisión y enorme capacidad de lanzar, atrapar el balón y hasta patearlo.

Imposible para un arquero no identificarse con el quarterback, los receptores y los profundos. Fue exactamente lo que le sucedió al guardameta mazatleco.

El liderazgo, la influencia, la distribución de juego, la personalidad y la importancia del Mariscal de campo para su equipo... no tan diferente al papel que debe jugar un portero.

La anticipación, lectura de juego, precisión, potencia, seguridad de manos, flexibilidad y fortaleza para resistir los golpes de un receptor... no tan diferente a lo que debe tener un arquero sobresaliente.

La concentración, rapidez, reacción a los cambios sorpresivos en la trayectoria, intuición y riesgo que toman los profundos al seguir a sus receptores... no tan diferente a lo que debe tener preparado cada guardameta en el juego aéreo y los disparos dentro del área.

No se trata de ser detractor de algún deporte, porque al final todos y cada uno tienen su complejidad. En esta ocasión ha sido el futbol americano, quizá mañana veamos un torneo de curling y habrá mucho que aprender.

 
Twitter: @FELIXATLANTE12