San Cadilla
en CANCHA


Se arrugó la goleadora
 
A Lucero Cuevas hay que irla llevando de a poco con el Tricolor Femenil mayor, porque luego de su primera experiencia con el grupo que comanda Roberto Medina, la delantera del América se sintió avasallada y hasta extraña por el ambiente que se maneja en el grupo de Selección, donde todas tienen amplia experiencia y mucho mundo recorrido.

Mientras que la

mayoría se sentían como peces en el agua en los aeropuertos, cambiando divisas, hablando de las últimas novedades sobre Donald Trump, del sorteo mundialista y hasta de la altitud de la Ciudad de México y sus efectos en ellas, Lucero de plano ni la mirada levantaba, todo el tiempo se escondió detrás del celular, muy seria y hasta asustada.

Me cuentan que la atacante del Levante de España, Charlyn Corral, quien siempre es muy amigable, trató de arroparla y hacerla entrar en ambiente en las comidas y en las horas de relajación, pero Lucero es muy cohibida, no ha encontrado quién le haga segunda y hasta se le vio en la cancha insegura, como sintiéndose fuera de lugar.

Cuevas debería de aprovechar todo el camino que han recorrido sus compañeras para seguir sus pasos, porque ella tiene la gran ventaja de que ya quedaron atrás los tiempos en que las lideresas del Tri les quitaban a las nuevas una playera si les gustaba, o les ponían sobrenombres para pasarse un buen rato de bullying a sus costillas.

 
 
Felicitación a medias
 
Vaya lío en el que se metió Rodrigo Ares de Parga el sábado pasado, y todo por querer felicitar al equipo de la categoría Sub 17 de Santos Laguna que se coronó en el Apertura 2017.

El "presi" de Pumas no pasó un buen día porque sus equipos mordieron el polvo en la doble cartelera que tuvo lugar en Ciudad Universitaria, eliminados en Semifinales por Toluca en la Liga Premier y derrotados en la Final Sub 17 por Los Guerreros.

Ante todo, Ares de Parga dejó ver su educación y profesionalismo cuando, al terminar la premiación santista, fue a felicitar a los chavos, quienes entonces estaban por la cabecera sur festejando con sus familiares que ahí andaban.

El problema fue que cuando estaba cerca de los jóvenes, éstos comenzaron con la vuelta olímpica, y su trote provocó que el directivo auriazul se quedara rezagado y apenas pudiera estrechar las manos de unos cuantos.

El directivo no se dio por vencido y los siguió, pero a la media cancha mejor optó por volver a la zona de bancas, donde estaba Alejandro Irarragorri, mandamás guerrero, a quien le pidió de favor le terminara de felicitar de mano al resto de la plantilla.

 
 
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