Tigres de época

Francisco Javier González
en CANCHA


Lo más sorprendente de todo es la naturalidad.

El verbo ganar se conjuga de diferentes maneras. Su tiempo es a veces con sufrimiento, a veces con holgura, en otras tantas con el dramatismo del último instante.

Pero en el caso de los Tigres, saber salir del atolladero más complicado es un arte que dominan.

No es que anoche en el estadio de Rayados haya pasado una velada

tranquila. No es que en algún momento, como cuando cobró Avilés Hurtado ese penal, la historia no hubiese podido cambiar.

Pero al final de todas las cuentas, Tigres sumó el sexto título a sus ya reveladoras vitrinas. Muchos de ellos conquistados en años recientes, lo que le confirma como un equipo de época que cuando sufrió lo hizo para aprender.

La tranquilidad de Ferretti, los buenos oficios de una directiva que sabe y la comprensión de todo el plantel en cuanto a que sólo pueden jugar 11, han acuñado una dinastía vencedora y distinta.

Tiene razón el "Tuca" cuando habla de que su equipo tiene la virtud de aparecer en el momento determinante.

Si su campaña regular tuvo altibajos y el León pudo eliminarle en los Cuartos de Final, surge de esos momentos para arrebatarle la gloria al gran favorito que de nuevo se queda llorando en casa en espera de una revancha más.

La diferencia entre uno y otro fue precisamente la de saber ganar o quedarse en el intento.

Los Rayados, de espectacular temporada, perdieron en la única ocasión en que no debían hacerlo. Igual que contra Pachuca hace año y medio con todos los vientos a favor.

Antonio Mohamed es perseguido por los malditos penales. Duvier Riascos, en aquella Copa Libertadores; Erwin Cardona, en aquella Final contra los Tuzos, y Avilés Hurtado, en la noche fatídica del Clásico Regio, pusieron nombre y apellidos a la escenificación de lo que pudo ser y no se pudo conquistar.

El "Turco", ya campeón con Xolos y con América, también es a partir de anoche un mejor entrenador. Los reveses, cuanto más inesperados y crueles, dejan mayores lecciones. Dos Finales perdidas en casa es paquete muy pesado, pero él lo sabrá resolver.

En el futbol mexicano es muy difícil llegar tan seguido como Tigres a la Final y, además, ganar la mayoría de ellas. Saber lo que le ocurrirá en próximos torneos es imposible, pero sí se puede hablar de probabilidades.

Tigres se resume como un técnico que no se cansa de ganar, un plantel que sabe hacer contrataciones y descartes, y una directiva que ofrece al cuerpo técnico más herramientas de las que necesita. Solidez pura.

Lograr tal cosa en el etéreo e impredecible mundo del futbol es una cuestión mayor que vuelve a ofrecer los frutos tan anhelados.

 
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