La televisión con sus portentos tecnológicos nos ha acostumbrado a percatarnos cada vez mas de detalles que en el estadio sería imposible notar.
Las tomas de acercamiento nos permiten ver lo que desde la tribuna escaparía: la historia contada por el rostro de los actores.
En el América, las expresiones faciales fueron de angustia casi toda la noche. Porque se falló un pase que
parecía fácil, porque Tigres volvió a perforar y amenazar, porque Uribe le pegó con la espinilla el balón en una chilena que hubiera equilibrado, porque le marcaron un penal en contra que no era.
La ansiedad viene sin embargo de mas atrás: las Águilas han marcado dos goles en sus últimos siete partidos, solamente han ganado uno de ellos y de los últimos once juegos en el Azteca, solo dos veces han mantenido el cero en su portería.
Pablo Aguilar se agripó y fue una baja que se sumó a las que de manera incontable ha sufrido todo el semestre. Parió la abuela.
Se sabe que a la Liguilla hay que llegar en el mejor momento posible en todos los sentidos. Y América no lo logró.
Tigres no llegó a la Semifinal de ida mucho mejor. De sus últimos cinco partidos había ganado solamente uno, perdió el clásico contra Rayados y con el León en cuartos empató dos veces, siendo mejor pero a la larga avanzando por su mejor posición en la tabla.
Su plantel espléndido le permitió sin embargo hacer gala de los lujos de la abundancia.
Si las Águilas sufrieron para eliminar a Cruz Azul, ahora simplemente no les alcanzó. Y solo por el orgullo propio que le impide dejar de luchar hasta el silbatazo y porque Marchesín es su mejor jugador, la diferencia no fue mayor.
En un juego de esta naturaleza, un error arbitral que sube al marcador también influye. Se le juntaron pues las pulgas a un equipo que se enfrentó a un rival superior pero que además llegó vacío y golpeado al momento mas importante.
Monarcas recibirá a Rayados esta noche con el escepticismo que le acompaña desde que abandonó los lugares de élite hace tiempo: esta es su segunda Liguilla en siete torneos y el prestigio se le desgastó.
No quiere decir eso que no tenga oportunidad de hacer algo frente al líder general: nadie gana un partido antes de jugarlo. Pero si es verdad que Rayados parte con todos los pronósticos a favor.
Con las reservas que siempre pide el futbol, el Monterrey tendría, como Tigres, que empezar a dibujar su pase a la Final. Evitar una noche catastrófica como por ejemplo aquella en la que perdió en casa una final contra Pachuca.
En un descuido el mas pintado se destiñe. Monterrey y Tigres apegados a la lógica deberían jugar la Final.
Lo contrario sería mas que una campanada.
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