Listo para bajar del auto y caminar hacia la capilla ardiente, la transmisión de radio gritó el gol del América. Ese que lo metió al enfrentamiento directo con Cruz Azul.
Pensé que Jorge Ventura tuvo siempre cercanía con el América. Desde que era el editor de la primera revista exclusiva de un club en México: el "¡Fibra América!".
Le habría dado gusto escuchar ese gol. Aunque
ciertamente, muchos de sus sentimientos eran ya del Pachuca. Los tuzos vivían en el corazón del "Che".
Pero también era próximo a Cruz Azul. Y a Pumas. ¿A quién no era cercano realmente?
Jorge Ventura se deslizaba con delicia entre la generación de las grandes figuras, de los monstruos inconmensurables -a los que el pertenecía- pero simpatizaba tanto con los aspirantes que jamás les negó un consejo ni les dejó de invitar a prepararse.
Murió enseñando, encargándose con amor y dedicación de las nuevas generaciones de TDN y Televisa Deportes.
Nada nuevo. Fue el padrino de las primeras veinte generaciones de la escuela Raúl del Campo Jr., primera especializada en la formación de comentaristas y cronistas deportivos.
Alguna vez nos seguimos de largo caminando siete cuadras después del hotel en Montpellier en el que nos hospedábamos durante el Mundial de Francia. Despistados ambos, hablábamos de periodismo, uno de sus grandes amores junto con el tango, el buen comer, la charla espléndida, la sobremesa eterna, la escritura y la decencia. Aunque ninguno de ellos tan grande como el que le profesó a su inconsolable María Elena, su mujer de siempre. La compañera que le acompañó a todos lados desde su servicio militar y con la que formó una familia que fue su presunción hasta el último día.
Jorge Ventura era la lírica del futbol y estará reunido ya con el maestro de la épica, su hermano por adopción Ángel Fernández.
Y les estará lanzando puyas su compadre Fernando Marcos y descripciones fabulosas Roberto Hernández Junior. Qué mesa tan dichosa aquella en que esos inmortales estarán reuniéndose. El "Che" era el último de los grandes; de esos que no tuvieron réplica. Matus, en tanto, estará escribiendo la crónica.
En una espléndida alegoría, en la última película de Disney se habla de la muerte total que es aquella que en el mundo de los muertos sobreviene cuando alguien ha sido dejado de recordar en el de los vivos.
Jorge "Che" Ventura llenó una sala funeraria en la que anoche se habló largo rato de periodismo, futbol, amor y anécdotas fantásticas.
Tiene para rato su nueva vida. Jamás lo olvidaremos.
Gracias, "Che" por la convivencia casi diaria de tus últimos veinte años de vida y el cariño que sembraste.
Tu silla no será ocupada por nadie.
Twitter: @FJG_TD