A los hombres de pantalón largo, para variar, se les cuatrapearon los calendarios.
Una sola semana de obligado receso en el torneo por la tragedia del 19 de septiembre fue suficiente para desmadejar por completo el precario tejido de las fechas disponibles para la Liga y la Copa.
Y como a los Xolos y al Pachuca así se les antojó, el cuarto semifinalista de la Copa MX saldrá una
semana después de lo debido... y a la Final de ese torneo hay que buscarle acomodo.
Que los demás se esperen, que los demás se ajusten, que los demás se amuelen, que dicha Final sea postergada... o la Liguilla movida.
Para complicar las cosas, al doloroso imponderable se le añadió la intransigencia de algunos y el avorazamiento de todos.
Porque es ese avorazamiento, esa búsqueda de lana como excesiva prioridad, lo que entre otras cosas deriva en demasiados partidos de Copa.
Si cambiaran el formato y todo fuera a eliminación directa, incluso con 32 equipos podrían bastar cinco jornadas para desahogar una Copa completa.
Así quedarían disponibles varias semanas más cada año (por lo menos 10), como margen de maniobra para solucionar cualquier imponderable.
Pero como el objetivo es la lana, todas las decisiones van encaminadas a obtenerla. Entre más partidos, mejor. No importa la calidad de los mismos mientras haya quien pague por verlos. En persona o en la tele.
Así, con esa centavera visión de corto plazo, además de propiciar la saturación del jugador y el hartazgo del aficionado... se les empalman los torneos.
De por sí, no es la capacidad para compaginar calendarios una de las áreas fuertes de los inefables dirigentes, a los que ahora se les ha complicado aún más el asunto, por lo que han quedado, simple y sencillamente, "hechos engrudo"... y cualquier solución será un parche.
Veremos cómo lo parchan.
Twitter: @rgomezjunco