¡Hola, Pedro!
De verdad que voy a extrañar a Paco Jémez.
Bueno, en realidad lo que voy a echar de menos son sus conferencias de prensa, que neta son más entretenidas, enjundiosas y ofensivas que su Máquina.
Como recordarán, en el capítulo anterior (léase con voz de locutor de El Chapulín Colorado), Jémez interrumpió a un reportero, quien le hacía una pregunta sobre la
grandeza de Cruz Azul, con un demoledor: "No, no somos un equipo grande y lo hemos dejado muy en claro".
Pues resulta que Billy Álvarez, el mandamás cruzazulino, lo mandó a llamar para aclarar el punto, sobre todo por el escozor que causó entre la afición dicha declaración. La charla fue cordial, pero directa.
- Presidente, si cree que es lo más conveniente por el entorno, al final del torneo me puedo hacer a un lado, no tengo problema, le dijo Jémez.
Billy, viejo lobo de mar, fue muy hábil en su respuesta: "No, Paco, échale para adelante; al final del torneo hablamos".
Así que Jémez tuvo que salir a aclarar que le habían hackeado la lengua, o lo que es lo mismo, que la prensa malinterpretó sus palabras.
Peeeeeeeeero en Europa alguien alista las maletas para volver a México, tras ser despedido por el Rangers FC. Su nombre empieza con P... y termina con edro Caixinha.
En específico, viene a un equipo de la CDMX... ¿América? No, están más que contentos con Miguel Herrera; ¿Pumas? ¡Ja! ¿Con qué ojos divino tuerto?
Afirmativo, es lo que ustedes mis filosos, sagaces y astutos lectores están pensando.
¿Alguien sabe cómo se dice "Cruz Azul sí es un equipo grande" en portugués? ¡Es para un amigo!
A la escuela
Consumió alcohol, manejó su auto, chocó en la madrugada, abandonó el lugar de los hechos... y su equipo le dio de baja.
Así resolvieron los Venados el lío que armó el contención Jorge Escamilla, promesa de la cantera puma al que habían mandado a Mérida para que viera acción en la cancha ¡pero no en los antros!
Su historia viene a confirmar que muchos futbolistas se sienten héroes de historietas con superpoderes, como ser de hule o invisibles por las noches.
Resulta que los Venados le ganaron 3-1 a lo que queda del Atlante, por lo que varios jugadores decidieron que era un buen momento para reventarse, así que se fueron a Tequila, uno de los antros más populares de la capital yucateca, para darle gusto al gusto.
Alrededor de las 3:30 horas todos se retiraron a sus casas, menos Escamilla, quien se fue directito a la escuela... y es que en una glorieta se siguió de frente en una glorieta, tumbó una señal, golpeó por un costado un árbol, pegó en una barda, derribó la reja de un colegio y fue a terminar al interior del Centro Educativo Piaget.
Increíblemente, para el estado en el que quedó el Focus y los daños ocasionados, el futbolista no sufrió lesiones de consideración, ni tampoco su acompañante.
Pues de inmediato le habló a sus compañeros para pedir apoyo, y coincidentemente unos de los que andaban cerca eran Marcelo Alatorre y José Antonio Medina, quienes fueron a auxiliar a su compañero... pero cuando llegaron Escamilla ya se había dado a la fuga. Supongo que porque no tenía a la mano un chef al cual "prestarle" el auto.
El Chelo vio que su compañero había olvidado su celular y unos documentos, así que abrió el auto para tomarlos pero entonces un policía lo sujetó del brazo, acusándolo de ser el conductor y de obstruir la labor policial.
Alatorre se comenzó a reir y eso puso furiosos a los oficiales yucatecos, quienes lo esposaron junto con Medina ¡y para la cárcel! por obstruir la justicia. Ahí pasaron 24 horas, en lo que determinaban que efectivamente Escamilla era el responsable.
Los Venados no se anduvieron por las ramas y decidieron dar de baja a Escamilla, mientras que a Medina y Alatorre los mandaron a entrenar con la Tercera División.
Qué maneras tan diferentes tienen los clubes de aplacar indisciplinas ¿verdad?
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