Los impredecibles Acereros

José Pablo Coello
en CANCHA


El pasado domingo 8, Pittsburgh perdió en casa ante los Jaguares en el peor partido de Ben Roethlisberger como profesional.

La contundencia de la derrota y las declaraciones del veterano mariscal de campo al final del enfrentamiento, provocaron una crisis de credibilidad en el entorno del equipo de cara a uno de los duelos más importantes de la campaña.

Este domingo anterior en

Arrowhead, los Acereros dieron la campanada y le quitaron lo invicto a los Jefes para volver a aparecer en la lista de escuadras contendientes en la Conferencia Americana.

La ofensiva, de la mano de brillantísimas actuaciones de Le'Veon Bell y Antonio Brown, por momentos, arrastró a la defensa Kansas City y lució como esa unidad dominante que muchos pensaron sería la más productiva de la NFL en la presente temporada.

La defensa jugó por nota los tres primeros cuarto y solamente permitió tres puntos, gracias a un balón recuperado por los equipos especiales de los Jefes dentro de territorio de gol de campo.

Sin embargo, la ofensiva careció de contundencia y fue incapaz de reflejar en el marcador su superioridad estadística. Roethlisberger sufrió una intercepción en territorio rival, una larga marcha de 97 yardas terminó con sólo un gol de campo de Chris Boswell, y Bell dejó escapar una vital conversión en tercera oportunidad cerca de medio campo.

La defensa volvió a sufrir hacia la recta final del duelo y abrió las puertas para una anotación de De'Anthony Thomas tras una ofensiva que consumió menos de tres minutos, y permitió otra larga marcha de poco más de un minuto que terminó con un gol de campo de Harrison Butker.

Al final del camino, una increíble equivocación del esquinero Phillip Gaines y una reacción fantástica de Brown para completar un pase que debió haber sido interceptado para luego escaparse hasta la zona de anotación, abrió las puertas de la victoria para Pittsburgh. A dicha jugada habría que sumar la inexplicable decisión de Andy Reid de no haber pateado un gol de campo estando abajo por nueve puntos, lo que habría modificado sustancialmente su toma de decisiones en la última ofensiva del encuentro.

Es cierto que los Acereros reaccionaron positivamente tras un tropiezo inesperado ante Jacksonville, y que durante buena parte del partido hicieron ver muy mal al mejor equipo de la Liga. Pero es innegable que complicaron innecesariamente una victoria que tendría que haber sido mucho más convincente y holgada.

Estoy cierto que nunca antes Mike Tomlin había tenido tanto talento a su disposición. Sin embargo, necesita convencer a su equipo de jugar partidos completos, si no quiere que la campaña concluya de forma prematura y con una nueva decepción para sus fieles seguidores.

 
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