San Cadilla
en CANCHA


'Grandes' compañeros
 
 
Eso de ser pacientes y esperar no se le da muy bien a Oswaldo Alanís y Hugo Ayala.

Me contaron que cuando ambos jugadores, que se habían enfrentado en el Estadio Universitario el sábado, arribaron a la Ciudad de México procedentes de Monterrey para reportar con el Tri, una persona de la Federación, encargada de recogerlos en el aeropuerto, les

avisó que con todo el dolor de su alma los haría esperar sentaditos y en una camioneta porque uno de sus compañeros, Elías Hernández, también estaba por aterrizar.

Uno pensaría que no habría problema, pero resultó que la noticia no le agradó para nada a Alanís y Ayala, quienes al enterarse le tiraron unos ojos de pistola al encargado, y pues la verdad ya no les quedó de otra más que aguantar.

Y miren que Elías tardó apenas 30 minutos en salir de la terminal. Supongo habrán hecho ooootro coraje cuando les dijeron que tenían que esperar ahora por Rodolfo Cota, que todavía se dio el lujo de salir con mucha calma y tirando cuanta sonrisa se necesitó para posar bien en las fotos.

 
 
Nada que reprochar
 
 
Es tanta la confianza y fe que le tienen a Guido Rodríguez en América que ni las tarjetas rojas le merecen un regaño.

Cómo ustedes se habrán dado cuenta, este fin de semana me volvieron a expulsar al angelito de las Águilas, pero la verdad es que mientras la afición y los medios hacen coraje por el "comportamiento" del argentino, en América ya se curaron en salud y aceptan que su jugador no es mala leche ni descuidado, sólo que se pasa de intenso.

Y ¿por qué esto?, bueno, en América ya sabían la clase de jugador que estaban comprando cuando amarraron a Guido, y no el propio argentino, sino por el "Piojo", quién consciente de que a Rodríguez constantemente pierde la cabeza, advirtió que esto tenía que ser algo con lo que TODOS y sin excepción alguna vez debían aprender a sobrellevar porque la calidad del jugador es tanta que no lo podían dejar pasar.

Me contaron que después de las primeras expulsiones que sufrió el argentino con la casaca de los azulcremas, Miguel sí habló con él, pero más que reprenderlo, lo animó a no bajarle la intensidad porque justo es eso lo que lo hace un jugador más valioso.

Así que para aliviar ese mal, mejor aceptar que la de Toluca no será la última roja que verán de Guido, y aprender a vivir con eso y mucho más.

 
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