Crisis diferentes

Francisco Javier González
en CANCHA


Se piensa con frecuencia que una sola persona es responsable de todas las tragedias de un equipo de futbol.

Los papeles de la obra se reparten en tres categorías fundamentales: el técnico, el directivo y el árbitro, en ese orden de aparición.

El expiatorio chivo de las Chivas es Almeyda, o en su defecto los directivos.

El señalado en los Pumas es su presidente, compartiendo

honores con su DT mientras los recuerdos de Verón en la central o de Palencia en la banca aparecen como fantasmas vengados por los resultados. Como si ellos no hubieran sido parte de esta crisis.

Por supuesto que el presidente de un equipo y su director técnico son los principales responsables de la gestión porque las decisiones más importantes pasan por ellos. Pero en el caso de los dos citados, pese a compartir lugares muy similares en lo incómodo, hay razones diferentes.

Chivas asumió hace años con Jorge Vergara que debía invertir en jugadores. Que pese a la carestía en las compras que produce contar voluntariamente con solo futbolistas mexicanos, tenía que hacerlo.

Su desfile de nombres ha sido constante y variado. Se le pueden reclamar muchas cosas al Rebaño, pero no la de haber amarrado su cartera. Ocurre, si, que no todo mundo se ha adaptado y varias de las estrellas que contrató se le han devaluado en el vestidor.

Pumas, con un presupuesto evidentemente menor al de los otros clubes de gran arrastre en nuestro país, no ha tenido siquiera la oportunidad de probar sus hipótesis. Hace tiempo contrata lo que puede más que lo que quiere, y se enfrentó con una renovación generacional que coincidió con una escasez importante de dinero.

La cantera dejó de producir estrellas hace un buen rato, y por lo tanto no le ha sido posible echar mano de su vieja práctica de formar ídolos y venderlos para sostenerse.

Equipos de cantera importante, a ninguno de los dos les basta con ella. Menos a la de Pumas, afectada por los recortes de presupuesto en años recientes.

Por la juventud, dinámica y calidad del plantel de Chivas, se tiene que predecir que pronto saldrá del bache, que no ha sufrido daños estructurales -término lamentablemente de moda- y que si no es en este torneo, en el siguiente volverá a ser importante.

Lo de Pumas es mas complicado. Tiene que actuar cada semestre con gran desventaja y no tiene de donde agarrarse. Menos aun, cuando su actuales apuestas no parecían malas pero no han logrado prender. Los astros se le desalinearon de manera traidora.

Ojalá fuera cosa de cambiar al presidente o al técnico. El problema es mucho más complejo aunque a los comentaristas nos encante señalar a un solo culpable.

 
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