Ayer inició la Jornada 11 que hoy termina.
Como estaba originalmente previsto en el calendario de juegos, se desahoga esta jornada de media semana, para este fin de la misma jugar la 12 y dentro de tres reponer la 10, postergada por la reciente y tremendamente dolorosa causa de fuerza mayor.
Aunque por enésima ocasión hemos confirmado la intrascendencia del futbol cuando se le
compara con lo importante, con lo vital, se antoja razonable la decisión de ir "normalizando" el curso del torneo.
Tan razonable como haber postergado la Jornada 10, suena esto de reanudar las actividades futboleras en la 11. Sin molestar a la muy lastimada Ciudad de México; con el Cruz Azul jugando en la cancha del Pachuca en lugar de hacerlo en la propia.
Al fin y al cabo, cayendo inevitablemente en la trillada frase, la vida sigue y el juego debe seguir.
Entre otras cosas, para eso sirve esta reanudación, para confirmar que a pesar de los pesares, así como este juego continúa, debe continuar el otro, el más importante, el juego de la vida.
Ese juego de la vida que lamentablemente les cambió por completo a todos aquellos a quienes el destino, la naturaleza y otras cosas, les tendieron la fatídica trampa.
Para ellos no hay por el momento bálsamo posible, ni desde el futbol ni desde lado alguno; pero reanudar la Liga sirve también como mensaje en ese sentido: a cada quien en lo que hace, no le queda más que seguir haciéndolo. Lo mejor posible y sin olvidar que falta mucho por ayudar a quienes más ayuda requieren en estos momentos críticos.
Cada cual en el propio rol y desde su trinchera, colaborar como le nazca y pueda. Y si el juego de la vida sigue, que también siga el del futbol.
Dentro y fuera de la cancha... no queda más que seguir jugando.
Twitter: @rgomezjunco
