Adoloridas preguntas

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


¿Cómo hablar de futbol cuando la tragedia nos deja sin palabras?

¿Por qué dedicarle tiempo a un jueguito que en estos momentos ni como bálsamo sirve?

¿Qué hacer, a partir de este simple juego, ante esta dolorosa muestra y confirmación de nuestra fragilidad, de la precariedad de nuestra existencia?

¿Qué decirles a quienes nada puede decírseles para atenuar su

dolor?

¿Cómo no conmoverse con ese México ejemplar que surge en estos casos, el plagado de gente buena, solidaria, generosa, desprendida, dispuesta a darle lo mucho o lo poco que tenga y pueda a quien más lo necesita?

¿Cómo no desear que siempre fuera ese México el que prevaleciera sobre el otro, nocivo, más poderoso, el deleznable, el de la impunidad, la corrupción, la improvisación y el cinismo para gobernar; el de la gente que incluso con la tragedia medra, el del bajo nivel educativo, el de las innumerables e imperdonables desapariciones?

¿Verdad que este doloroso suceso también ha servido para que la familia futbolera de diferentes lares haya mostrado su mejor cara, reflejando con fidelidad algunos de los valores fundamentales inculcados o fortalecidos a través de la práctica del deporte en general y del futbol en particular?

¿Qué más se puede hacer a partir del futbol?

¿Cómo se puede aspirar a consolar desde este mero juego de pelota a quienes tardarán mucho tiempo en encontrar un mínimo de consuelo?

¿Qué trascendencia buscarle o pretender atribuirle a lo intrascendente?

¿Cuánta relevancia puede alcanzar un simple juego al compararlo con el otro, con el vital, con el invaluable, con el verdadero juego de la vida?

¿Qué importancia tiene el futbol comparado con lo que en verdad importa?

Evidentemente, ninguna.

 
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Twitter: @rgomezjunco