Por alguna extraña razón, los mexicanos que crecimos en las décadas de los 80 y 90 borramos de nuestro vocabulario la palabra "solidaridad". Y es que en la época de Carlos Salinas de Gortari la palabra fue prostituida desde su campaña hasta el fin de su sexenio, principalmente a través del llamado Pronasol (Programa Nacional de Solidaridad), que supuestamente creaba un sustento real para el
mejoramiento de la vida del mexicano en extrema pobreza. En ese entonces (1988), había 40 millones de pobres en el País, hoy, en 2017, existen 53.
Todo esto viene a colación porque el temblor de 8.2 grados, registrado la noche del jueves 7 de septiembre, que afectó Chiapas, Oaxaca y Tabasco, dejó más de 90 muertos y cientos de casas destruidas, todos ellos, parte de esa cifra que ayer "Solidaridad", "Progresa" u "Oportunidades", y hoy "Prospera", pretenden combatir sin éxito desde hace casi 30 años.
Antes de Salinas de Gortari (y probablemente después para quienes no quedaron escamados con la palabra), la solidaridad era "la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros", de acuerdo a la Enciclopedia del Idioma de Martín Alonso.
Hoy, tras los desastres naturales ocurridos por huracanes y temblores, aparece la adhesión, no circunstancial, sino voluntaria y contagiosa, por el bien de los damnificados.
Sería definitivamente muy injusto tachar de oportunistas a quienes, tras una iniciativa de su contra parte, deciden hacer público su donativo hacia la misma causa. Pero lo cierto es que existe cierta presión mediática, sobre todo a través de redes sociales, para no quedarse atrás cuando se trata de participar en una causa a todas luces benéfica, sensible y de acción inmediata, como donar para las víctimas de desastres naturales que a cualquiera de nosotros nos pueden ocurrir. Esto, por supuesto, provoca reconocimiento social, algo que hoy en día es fundamental para la tan escasa credibilidad.
"Ante una situación anormal, la reacción anormal constituye una conducta normal", escribió Viktor Frankl. Sí, porque anormales son los desastres naturales y anormal es que conocidos, famosos y anónimos salgan a las calles para donar y recavar víveres, lo que en pocos días, o pocas horas, convierte la actividad en algo absolutamente normal. Aun así nunca es suficiente, pero esta movilización social y particular es más efectiva que los planes de ayuda social gubernamentales de varios sexenios, sin importar el nombre.
Solidaridad es la palabra que hoy se vale desempolvar, solidaridad es el término más atinado para estas movilizaciones sociales que, por supuesto, incluyen a futbolistas, clubes y Federaciones con el mismo fin... solidaridad es el valor que hoy los mexicanos, en nuestro País, y los latinos, en Estados Unidos, han puesto en lo más alto para demostrar que en la adversidad la reacción es inmediata.
Twitter: @Felixatlante12