Los datos sobre el valor de la Selección Nacional y la generación de recursos que permite son espectaculares.
Única Selección adorada, seguida y a veces vituperada en dos países tan distintos culturalmente, convoca como nadie incluyendo a Estados Unidos, que mucho ha avanzado en popularidad, pero sigue quedándose corto respecto al mexicano.
Algunos estudios sociológicos hablan sobre
los puntos que unen al expatriado mexicano radicado en la Unión Americana con su tierra de origen o la de sus antecesores.
La familia, la Virgen de Guadalupe, la comida... y el futbol.
Muchos de los fieles aficionados mexicanos que acompañan al Tri en cada presentación no nacieron al norte del Rio Bravo, pero han heredado el sentimiento por lo que sus padres les han legado.
Sin entrar en exageraciones metafóricas ni patrioteras, sí hay una representación en esa camiseta y sí hay una nostalgia satisfecha con la simple posibilidad de sentirse triunfadores a través de quienes intentan serlo con un balón en los pies frente al rival que toque enfrentar, sea afamado, como Alemania, o discreto, como Curazao.
La camiseta verde convoca por si misma. Aunque los resultados a las actuaciones convincentes de repente escaseen, no se apaga el fuego porque esa afición, aunque se enoje y patalee de repente, está enamorada de un concepto, de unas raíces a las que tal vez no pueda viajar ni de visita porque a la migra no se le engaña fácilmente dos veces.
Cuando el Tri se presenta en Estados Unidos, es un pedazo de lo que representa la tierra añorada entregada a domicilio. Es el viaje a la inversa.
Por lo menos, miles de los aficionados que la siguen tendrán motivos como este para seguirla.
Aunque Osorio no haya planeado bien. Aunque ahora queramos arrancarle a sus clubes a Peralta y Damm sin recordar que vienen de vacaciones y lejos de la forma competitiva que tenían en Rusia porque luego se fueron a la playa.
Aunque se critique que 10 partidos del Mundial 2026 serían pocos, olvidando la cantidad de mexicanos que viajarán o que viven en los lugares donde el torneo habría de realizarse.
Si, es oro verde.
Genera mucho. Y sólo lo que tiene valor es capaz de ello.
Aunque ahora tenga que participar con un equipo alternativo que de repente no se entienda entre sus elementos y haga cambios de jugadores que enojan a tantos.
Ganando o perdiendo. Ayer y mañana. La Selección es una representación de muchas cosas íntimas.
Por eso vale lo que vale.
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