'Cree y vencerás'
Los reflectores, la fama, los constantes elogios, las sumas disparadas de dinero en sus cuentas, hacen que los futbolistas en ocasiones crean que son de otro mundo. Invencibles y poderosos... así se sienten.
Pero, a final de cuentas también son humanos que son vulnerables a todo, a enfermedades, a crisis emocionales y a retos incluso más importantes que
los que superan día a día dentro de la cancha.
En medio de la etapa más lúcida del FC Barcelona, en la que ganó títulos por aquí y por allá. Justo cuando Pep Guardiola dejaba a uno de los mejores equipos en la historia del futbol, llegó una noticia que dejó frío, paralizado y boquiabierto al mundo del futbol.
Pasadas las 22:00 horas del 15 de marzo del 2011, el Barcelona emitió un comunicado en el que de manera sencilla y sin mucho detalle anunció que Eric Abidal (11 de septiembre de 1979, Lyon, Francia) tenía que ser intervenido. La consigna médica era extirparle un tumor del hígado.
Las glorias deportivas quedaron a un lado. Cuando Abidal acudió al vestidor, sus compañeros estaban derrotados, pero el francés mostró osadía y con bromas trató de que el momento no fuera tan amargo. Abidal era consciente de que estaba iniciando el partido más complejo de su vida: vencer al cáncer.
"Soy un tipo con suerte, me lo han detectado a tiempo", resaltó en la reunión con sus compañeros.
CAMBIO ROTUNDO
De inmediato, los médicos le dijeron que su vida había cambiado. Entre las principales recomendaciones que le hicieron fue que por tiempo indefinido tenía que dejar de hacer lo que más amaba, que era jugar futbol.
En la etapa donde el lateral izquierdo brillaba con el histórico Barcelona de Pep, apareció una batalla que le cambió drásticamente la vida.
"Veo la vida de otra forma. A veces piensas que hay cosas útiles para vivir y no lo son, por eso he vendido todos mis coches, es mejor invertir ese dinero en ayudar a los niños", declaró Abidal en medio de su lucha.
De pronto parecía que todo iba tranquilo. Apenas mes y medio después, el lateral izquierdo fue convocado por el técnico Guardiola ni más ni menos que para el partido contra el Real Madrid, en las Semifinales de Vuelta de la Champions.
Abidal jugó de manera increíble el partido y fue parte de ese equipo que le dio el acceso a la Final contra el Manchester United, donde por cierto jugaba Javier el "Chicharito" Hernández. Sin mayor problema, el Barcelona doblegó 3-1 al club inglés y se llevó el título de la Champions.
Carles Puyol, el capitán del equipo, a manera de reconocimiento por su entereza le cede el gafete y el privilegio de alzar la copa, lo cual desató mucho júbilo, hasta ahí, el partido de Abidal contra el cáncer tenía buenas notas y parecía llevadero.
En más de una ocasión el Camp Nou se le rindió a Abidal. Cuando el cronómetro indicaba el minuto 22 mismos que el que portaba el francés, la afición se volcaba en aplausos, algunos, incluso se alargaron hasta 5 minutos, no era para menos, uno de sus guerreros estaba en medio de su más grande batalla.
"Tu recuperación será nuestra victoria", era el mensaje para Eric en el estadio del Barcelona.
El segundo semestre del 2011, fue victorioso para el lateral izquierdo, pero aún faltaban capítulos por escribir.
OTRA VEZ, MARZO
Como si se tratara de una película. Justo un año después de que se anunció que se le iba a extirpar el tumor del hígado, el 15 de marzo, pero ahora del 2012, el Barcelona volvió a emitir un comunicado: a Abidal le iban a trasplantar el hígado.
¡Una bomba más! el partido aún no estaba ganado. El plantel le extendió todas las muestras de cariño posible, incluso iban todos a su casa para demostrarle que no estaba solo. El reto era de todos, así le hacían sentir al zurdo.
A diferencia del año pasado, en el que Abidal regresó mes y medio después a las canchas, en esta ocasión el pronóstico más alentador era que podía volver, pero hasta diciembre, es decir nueve meses después, los cuales se convirtieron en una lección de vida.
En su círculo cercano, aseguraban que Abidal se había convertido en una persona desprendida, siempre iba con lo necesario y se daba tiempo para dar ánimos a los niños en las clínicas para que pensaran que era posible una victoria sobre el cáncer.
Abidal sorprendía a los médicos por su recuperación y por su entereza. Fue trasplantado en marzo del 2012 y en diciembre ya entrenaba al parejo del grupo y con amplías posibilidades de jugar partidos de alto nivel.
"Voy paso a paso. Si no puedo volver, estaré con mi familia. Estoy contento, me siento bien, pero no quiero asumir riesgos porque tengo una familia", dijo de manera sensata el francés en el mejor momento de su recuperación.
VICTORIA, AL FIN
Abidal triunfó. En la campaña 2012-13 el francés jugó 5 partidos, pero ya no siguió con el Barcelona. Su destino fue el Mónaco donde registró 26 partidos. Todo un milagro, después de sus intervenciones, él cantaba victoria.
Tras su paso con el Mónaco, se enroló en el Olimpiakos de Grecia, donde no tuvo mucha actividad y en diciembre del 2014 colgó los botines, pues su intención era inmiscuirse en fundaciones y proyectos sociales en favor de los niños, además destina dinero para el estudio de enfermedades cancerígenas.
Actualmente, Abidal es embajador del Barcelona, donde escribió una historia que sirve como motivación e inspiración, bajo el lema de "Cree y vencerás".
"He jugado el partido de mi vida y he vencido a la enfermedad, pero ni siquiera el tumor es un juego en solitario, es de equipo. Sin la ayuda de la familia, de la gente común y de otros pacientes y amigos, no se gana", agradeció Abidal.
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