Los Raiders de Oakland es el equipo que más se menciona cuando se busca a una escuadra que pueda ser capaz de evitar que los Patriotas de Nueva Inglaterra vuelvan a ganar el título de la Conferencia Americana para representar a este sector en el Super Bowl LII.
Hace un año, la temporada terminó con un sabor agridulce por la lesión de Derek Carr, pero el equipo dio muestras de ser
competitivo. Ahora, tras algunas adiciones, vía el Draft y la agencia libre, las expectativas son muy distintas para Jack del Río y los suyos, y el ejemplo más claro es que los boletos para los ocho encuentros en Oakland están agotados a pesar de que la franquicia anunció que abandonará la ciudad dentro de tres años.
La llegada de Marshawn Lynch ha sido de lo más mediática, y no niego que su presencia puede darle otra dimensión a la ofensiva además de poder convertirse en un elemento que mejore la química en el vestidor.
Aun así, tengo mis dudas del nivel que vaya a mostrar el popular "Beast Mode" tras haberse alejado de los emparrillados durante más de un año. Además, es imposible olvidar que tiene un carácter explosivo que pudiera convertirlo en una distracción en caso de que las cosas no salgan como él y los Raiders las han planeado.
Sin embargo, aun si Lynch no llegara a ser tan efectivo como cuando jugó en Seattle, estoy cierto de que Carr tiene la calidad suficiente y las armas necesarias para que la ofensiva sea una unidad de élite que les permita pelearle al tú por tú a los pesos completos de la NFL.
Las dudas más importantes están en la defensa, en donde a pesar de la presencia del fenómeno Kahlil Mack, hay varias interrogantes. De entrada, se espera que la defensa secundaria mejore luego de haber invertido sus dos primeras selecciones colegiales para reforzarla.
Gareon Conley y Obi Melifonwu quizás no sean titulares de inicio, pero seguramente tendrán la oportunidad de mostrar sus cualidades y darle solidez a esta débil unidad. Más allá de Mack, el cuerpo de apoyadores tampoco es una garantía, y la llegada de Marquel Lee como selección de quinta ronda, no parece ser la solución, al menos en el corto plazo.
Oakland tiene talento de sobra y la "Raider Nation" tiene razones de peso para ilusionarse, pero hay que señalar que la presión y el cuarto calendario más complicado de la liga, podrían tener un efecto negativo en una escuadra que no está acostumbrada a ser señalada como favorita.
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