La Selección Mexicana tratará de garantizar mañana, prácticamente, un boleto que tiene muy cerca de sus manos.
Al recibir en la cancha del Estadio Azteca al máximo representativo del futbol hondureño, los tricolores de Osorio estarán ante la oportunidad de llegar a 13 puntos que al final de este Hexagonal podrían ser suficientes para instalarse en Rusia 2018.
En realidad, tan
allanado ha quedado ese camino rumbo a la Copa del Mundo del próximo año, que más que en los puntos obtenidos es necesario detenerse a pensar en el futbol con que se obtienen.
Si en el futbol es importante ganar, también importa cómo, en este caso, con el objetivo primordial de clasificarse ya casi alcanzado, adquiere aun mayor relevancia la forma en que se juega.
Porque con el futbol desplegado hasta el momento les alcanza y les sobra en la concakafkiana zona, pero podría no alcanzarles en la cercana Copa Confederaciones, ya no digamos en el no muy lejano evento mundialista.
Más allá de los magníficos números en la "era Osorio", es el nivel de dominio de una forma de jugar y del aprovechamiento del material futbolístico con el que se cuenta, lo que llevará o no a buen puerto a esta barca tricolor; no a la deriva, pero tampoco viento en popa.
Por lo pronto, de cara a este partido es incuestionable la condición de claro favorito para el equipo mexicano, a pesar de que seguramente volverá a iniciar con once jugadores que por primera vez lo harán juntos.
Incluso con ese pequeño inconveniente, la lógica indica que pronto comprarán formalmente ese boleto que de cualquier forma puede darse por conseguido, y que en esta ocasión podría asegurarse con una anticipación que tenía rato de no verse en estos tricolores ciclos mundialistas.
Será cuestión de jugar como se debe para ganar como se espera.
A ver si así juegan.
Twitter: @rgomezjunco