San Cadilla
en CANCHA


Insisten árbitros
 
Me comentan que en la Convención de Árbitros que se lleva a cabo en Acapulco, la mayoría de los silbantes que están con la Asociación Mexicana de Árbitros, la famosa AMA que paró el futbol por los casos de Pablo Aguilar y Enrique Triverio, han hecho el cabildeo para que se insista en la ruptura con el presidente de la Comisión, Héctor González Iñárritu y se pida a

la FMF su destitución para antes de que arranque el próximo torneo.

Lo que me comentan es que los cabecillas de la AMA aprovecharán la coyuntura para decirle a Decio de María, ahora que sea la clausura de la Convención, que ellos están en el mismo tenor de la carta que emitieron cuando se anunció el perdón para Triverio y Aguilar, es decir, que no quieren ver ni en pintura a su dirigente, que no hacen química con él y que como garantía de la fidelidad con la FMF para lo que viene, pues sería bueno que les concedieran ese deseo de un cambio.

De lo que sale por allá, me enteré que González Iñárritu ha hecho el esfuerzo de mantenerse alejado de todo el embrollo y la grilla, pero que ganas no le faltan para también ir con Decio y entregar una que otra cabeza. Sin embargo, piensa que, quedándose callado, el tiempo le dará la razón.

Lo interesante será saber si De María complace la petición a los de la AMA o se aferra a su gente, y entonces sí veremos a algunos árbitros caer, al menos perder la posibilidad de ir al Mundial cuando ya se sentían en caballo de hacienda para Rusia.

Si no, que le pregunten a Roberto García Orozco, el mismísimo preso de la AMA.

 
 
Cecilio, el 'hincha'
 
Cecilio Domínguez no anda del todo perdido mientras sus compañeros del América andan por el mundo vacacionando.

El paraguayo está muy ocupado acelerando su recuperación del hombro, cumpliendo con actos publicitarios del club y dándole cariño a las categorías menores del equipo azulcrema en sus respectivas Liguillas.

Hace unos días le tocó apoyar a la Sub 20 en la Final del torneo ante Chivas, y Cecilio lo sufrió como ninguno.

Me cuentan que el paraguayo llegó desde tempranito al Estadio Azteca para encontrar buen lugar y animó como cualquier otra porra a los chavos, a los que no les fue nada, pero nada bien.

Incluso, en el gol con el que descontó el América, y que sirvió de poco porque la Final estaba decidida por marcador de 3-2 global, Domínguez no se midió en el festejo y tiró agua por todos lados con tremenda emoción. El resto, se trató de un sufrimiento interminable porque el delantero sintió "ganchito" por perder una Final ante el odiado rival.

Tras el partido, y ya con la adrenalina fuera del cuerpo, Cecilio se dio chance de firmar autógrafos a unos fans que tenía cerca de su asiento, que si bien se fueron del Azteca sin copa, al menos se llevaron un premio de consolación a casa.

 
 
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