San Cadilla
en CANCHA


El intocable
 
 
Luego de amenazar con dejar al futbol mexicano quesque por culpa de la prensa, André-Pierre Gignac dejó clarito que si "queremos" seguir disfrutando de su talento en México, habrá que hacerlo todavía máaas intocable.

Entre lo que le habrán dicho y cómo reaccionó el galo, la verdad es que a los ojos de quienes no lo idolatran, Gignac quedó mal

parado.

Pero los que quedan en una situación más que complicada son la directiva de Tigres y la FMF.

Y es que no es un secreto que para la Femexfut el estelar felino es un "activo" muy importante por la relevancia que da a la Liga a nivel internacional, y si ya de por sí es un secreto a voces que los árbitros tienen prohibido expulsarlo, y no es que me crea los dichos, pero ¿han visto cómo encara y ofende a los de negro y nadie se anima a expulsarlo? ahora imagíiinense si lo apapachan después de sus berrinches cómo se va a poner.

Y no hace falta irse lejos para encontrar una de estas joyas de Gignac, pues en la mera Final ante Chivas, luego de ser amonestado por Luis Enrique Santander por ofensas, el francés siguió gritoneando e increpando al silbante y la roja, nomás no apareció.

Si ya de por sí el niño era berrinchudo y los papás consentidores, imaginen lo que va a pasar si los padrinos también lo apapachan...

 
 
Un buen ejemplo
 
 
Además de las chistosadas de André-Pierre Gignac tras la derrota de Tigres en el Estadio Chivas, varios de sus compañeros dieron muestras muy tristes de ser malos perdedores: la agresión y las amenazas de Jesús Dueñas a Miguel Ponce, la ausencia de Nahuel -y del propio Gignac- en la premiación y los showcitos que dieron Eduardo Vargas y Javier Aquino al jalonearse con Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, tratando de evitar que les pusieran la medalla de subcampeones, dejaron una imagen muy mala de un equipo con tanto reflector...

Afortunadamente, su vecinos de ciudad dieron un día antes muestras de manejarse al revés, pues en la Final de la Sub 17, apenas sonó el silbatazo definitivo y el rayado Daniel Parra pegó la carrera, pero no para agredir a un jugador de Pumas, sino para consolar a uno de sus rivales que no podía parar de llorar.

A su ejemplo se unió el del técnico auriazul, Israel López, quien detuvo en seco a Lenin Camacho cuando en pleno sollozo por haber perdido el título en el Estadio Olímpico Universitario ante su gente, el jugador hizo por quitarse la medalla de segundo lugar del cuello. "Tochiro" explicó a su pupilo que no debía ver con desdén algo que implica mucho valor deportivo, independientemente del color plateado y Lenin portó después la medalla igual que sus compañeros.

Qué gacho que hoy día los ejemplos de deportividad lo den quienes deberían recibirlos...

 
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