Siempre me han gustado los cuentos, las historias mágicas, los superhéroes.
Pero las aventuras que más le gustan al aficionado son las historias de amor y de guerra.
Y aunque el cuento más hermoso del mundo dicen que jamás será escrito, yo me pregunto: ¿Que sería de nosotros sin la ilusión?
Al ver en una cancha a Gignac, Orbelín, Nahuel, Pizarro -el mexicano-, Dueñas,
Salcido, Aquino, Pulido, Sosa y el resto es imposible no transportarse a la niñez donde relatos de hadas nos poseían.
Pero en la industria del futbol, cuando se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente, se logra aterrizar la historia que las instituciones quiere dar a conoce. Y en este caso, el equipo de Ferretti y Sinergia, intentaron imprimir hasta el ultimo minuto, una aventura titulada Bicampeones.
Las Chivas, simple y sencillamente marcaron cuatro goles en dos partidos a la mejor defensa de la Liga. Y contra eso, sólo se debe aceptar que los actuales campeones plasmaron con categoría los méritos suficientes para alzar la copa.
¿Qué no se marcó penal sobre Sosa en la jugada final? Sí, pero antes de esa jugada los de la U ya habían perdido la cabeza mostrando una muy mala actitud frente a la parcial derrota.
Y dentro de esta reprochable perdida de estilo, en especifico Gignac tiró por la borda la oportunidad de plasmar ante los vencedores y todo un país escaso de buenos ejemplos, el valor deportivo de reconocer cabalmente el resultado final.
No fue el caso de todos, de hecho, Tuca mismo, junto con otros de los suyos, de mano felicitaron a cada uno de los vencedores.
En términos generales, él proyecto de Sinergia funciona y, funciona bien. Aunque sé que desde ayer muchos salieron a magnificar las Finales perdidas frente a las ganadas en los últimos tres años, sobre todo los frustrados que se retuercen cuando ven pasar a un serio contendiente como Tigres.
La victoria del mexicanísimo Guadalajara es una magnifica muestra de lo que pude lograr nuestra nación cuando se propone a competir sin fronteras, limites, peros, mucho menos repudios contra quienes llegan de otros países ejerciendo su derecho a trabajar en nuestro México y, mejorar así sus condiciones de vida.
Paradójicamente, muchos quieren ver a muchos de nuestros futbolista jugar en Europa, pero esos mismo reprochan que muchos sudamericanos trabajen aquí. ¿Usted les entiende?
¿Qué sería del futbol sin finales inesperados? Aunque hay finales tristes que también son perfectos. Sobre todo cuando algunos héroes se creen mejor que todos, y eso los hace peor que muchos. ¿No cree?
PD. Esto es un manicomio donde siempre hay espacio para una locura más y necesitamos de mucha locura para aguantar tanta realidad.
Lo escrito escrito está.
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