Bicampeón o doblete

Francisco Javier González
en CANCHA


De sus seis primeros partidos en la campaña, Tigres había perdido cuatro.

Demasiado para un campeón que defendía su cetro pero explicable porque no descansó nada de un torneo al otro: ni Santos Laguna, apremiado porque el fuego del descenso le amenazaba, se alió a esas cosas que nadie se atreve a modificar en beneficio de la propia Liga: aplazar partidos cuando haya causa justificada

aunque el otro equipo no quiera.

Chivas perdió solamente cuatro partidos en todo el torneo regular.

Igual que Tigres, tuvo doble actividad hasta el final porque peleó y ganó la Final de Copa MX, así como los norteños llegaron a la de Concacaf, perdiéndola en extremo con Pachuca.

La diferencia más sensible que hay entre uno y otro es el peso y la calidad del plantel. Y una más puede consistir en la experiencia de "Tuca" Ferretti en partidos de este tipo mientras que Matías Almeyda, dirigirá su partido de serie final número nueve y disputará el título por primera vez.

La Final, con el respeto debido a Xolos y a Toluca, será jugada por quienes más lo merecen de acuerdo a su desempeño en la Liguilla.

Tigres tiene lo que más desea un técnico cuando se presentan duelos de todo o nada: jugadores que hacen la diferencia.

Entre los que tiene Ferretti en la baraja, Nahuel decide partidos. Lo mismo que Zelarayán, que Ismael Sosa, que el infaltable Gignac y el imbatible Aquino por citar sólo a algunos.

Cuenta con una cintura que se nota menos pero se siente igual que los demás porque quienes la conforman no tienen fácil oposición en todo el circuito: Guido Pizarro y Edgar Dueñas, versátil cuando es necesario, tendrán un duelo espectacular con "Gallito" Vázquez y Orbelín Pineda, que tal vez no tendrá tanta libertad para ir al frente. Dicen los técnicos expertos que los partidos se ganan en la media cancha aunque se definan en las porterías.

Las Chivas sufren por falta de "matones" en el área de enfrente pero son ligeras, saben llegar y lo hacen con frecuencia. Necesita jugadores que sepan hacer eso en momentos cruciales: la diferencia entre intentar y ser.

A cambio poseen un dinamismo y una atractiva dosis de velocidad que deberían entregar un par de duelos inolvidables, aunque es sabido que con tanto en juego, se actúa con la guardia alta.

También las circunstancias alinean: así como a los Tigres en una Final en el Azteca sufrió tres expulsiones y en otra en CU los Pumas casi les quitan de las manos un título cantado, le dieron la vuelta a la historia en la Final navideña del 2016 contra las propias Águilas.

Uno será bicampeón o el otro hará el doblete.

Nada de eso es casual.

 
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