El ladrón de bicicletas
Observar a Zlatan Ibrahimovic cuando juega futbol es un agasajo, pues el sueco disfruta su trabajo, una suerte, porque robando bicicletas no iba a llegar muy lejos.
Antes de que anotara goles, hiciera declaraciones picantes o jugadas de crack, el espigado delantero del Manchester United sufrió pobreza, así que robaba.
Una de sus motivaciones para
conseguir dinero fácil era ir a entrenar con el Malmo, cuya sede estaba a 3 kilómetros de su casa.
"Robé muchas bicicletas. También robábamos coches. Era como vivíamos. Hacíamos esas cosas por la adrenalina y la motivación. Vengo de Rosengard. En Suecia se considera un gueto, pero para mí era un paraíso. Crecí allí y tenía muchos amigos", publicó en su autobiografía, la cual fue tomada por algunos medios para hacer notas.
De padre bosnio y madre croata, Zlatan, que en bosnio significa oro, no ha ocultado lo que sufrió de niño en un barrio de inmigrantes en Malmo.
"Forzaba los candados. Me convertí en un experto. Pim, pam y la bici era mía. Era ladrón de bicicletas. Era en lo único que pensaba. Era muy inocente, aunque a veces se me iba de las manos. Una vez me vestí de negro en plan Rambo, cogí una cizalla enorme y robé una bicicleta del ejército. Fue una gozada. Me encantaba. La verdad es que lo hacía más por placer que por las bicis", publicó en "Soy Zlatan Ibrahimovic".
Aunque las bicicletas eran su perdición, el ahora jugador de 35 años también llegó a robar tiendas.
Aun con su calidad dentro de la cancha, Ibrahimovic no se guarda lo dura que fue su vida de niño, al estar en una familia en la que los afectos no existían, pues confesó que no tuvo abrazos o palabras bonitas.
Sus padres se divorciaron. Ella trabajaba y él perdió la pelea con el alcohol, afectado por la guerra en Bosnia.
Lo que tenía claro Zlatan era que quería ser deportista: el boxeo o el taekwondo, lo llamaban por su padre, quien grababa todas las peleas de Mohamed Alí y las películas de Bruce Lee, pero también por su tío, el famoso boxeador Sabahudim Ibrahimovic.
Por eso, Zlatan ha festejado más de un goles con patadas tipo Lee o Jackie Chan, otro de sus ídolos.
En la cancha ha tenido logros importantes: goleador en Francia e Italia; el mejor jugador sueco; nominado al Balón de Oro; futbolista del año y otras distinciones personales.
En lo grupal ha ganado títulos de Liga con el Ajax, el Inter de Milán, el Milán, el Barcelona y el Paris Saint Germain.
También le ha dado por ayudar. En 2007, con la marca deportiva Nike, financió la reconstrucción de un campo en su barrio natal. Todo nuevo: porterías, césped, luz, rejas, con la idea de devolverle un poco a la tierra en la que dio sus primeros pasos.
Está casado con la economista sueca Helena Seger, con quien tiene dos hijos.
Para evitar que ellos sufran como él, siempre le pide a su mujer que el refrigerador de su casa esté bien abastecido.
A Zlatan lo enamoran los carros y la pesca, y en su poder tiene varios modelos exclusivos: un Volvo C30, un Ferrari Enzo, un Porsche Carrera y un Audi S8.
"Me interesan los peces grandes, los pequeños nada de nada. Soy así, sólo me interesan las grandes cosas".
Su nombre está en la oficina de registro en Suecia, que incluyó en el diccionario la palabra "Zlatanear", que significa dominar con fuerza.
El atacante ha vestido en muchas ocasiones la camiseta de Suecia, aunque a él le hubiera encantado hacerlo con la de Bosnia, pero a los 17 lo rechazaron, tras la solicitud de su padre, y años después lo buscaron, pero era muy tarde.
Al equipo de Suecia ha renunciado en dos ocasiones, la última tras la Eurocopa 2016, la cual parece definitiva.
Tras 18 años de carrera, es un ídolo del futbol mundial.
Nada mal para un ladrón de bicicletas.
"Tuve una bicicleta cuando era niño, una BMX. La llamé 'Fido Dido' por el personaje de caricatura con el pelo parado. Pensaba que él era la cosa más cool de la historia. La bici me la robaron. 'Fido Dido' se había ido y yo estaba destrozado".
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