La Dominguera

San Cadilla
en CANCHA


Lágrimas en diciembre
 
¿Por qué no llegó a Primera si es buenísimo? ¿Por qué lo corrieron sí tenía mucho futbol? Esas son algunas preguntas que se hacen en una plática futbolera, en medio de un ambiente de misterio y nostalgia.

Nada está escrito en la vida ni en el futbol y los pronósticos en muchas ocasiones fallan. Cientos de futbolistas que en Fuerzas Básicas eran unos

cracks no llegan al primer equipo, algunos en Primera no se consolidan y otros son despedidos de un club sin haber podido explotar su talento.

Los técnicos y visores no siempre tienen la razón y muchas veces se equivocan gravemente, ya sea porque no están bien preparados, tienen algún compromiso extra o simplemente carecen de visión.

En el segundo semestre de 2002, de las Fuerzas Básicas del Atlas, entonces dirigidas por Eugenio de Obeso, corrieron a un niño de 14 años simplemente porque no le veían futuro.

Por encima de él estaban defensas con proyección como Jorge Torres Nilo, así que recibió muy pocas oportunidades.

 
 
UN CRUEL DICIEMBRE
 
Luego de seis meses vacíos y sin brillo, el técnico de la categoría 1988, Arturo Ramírez, conocido como el "Cuate", le comunicó que no entraba en los planes del club.

Los ojos del Héctor Alfredo Moreno Herrera (17 de enero de 1988, en Culiacán), quien era banca de la banca en los Rojinegros, se llenaron de lágrimas. Tenía 14 años y cargaba con una decisión que marcaría su futuro.

El sinaloense, a quien apodaban Van Damme, por su parecido con al actor y productor belga Jean Claude Van Damme, estaba decepcionado del futbol.

"Soy sincero, sí (quería olvidarme de todo), porque tenía 14 años y te quitan la ilusión de una... ¿sabes? Me dije: 'Realmente no valgo'", comentó el defensa en una entrevista con CANCHA.

"Fueron seis meses los que estuve ahí, pero no estuve, porque no jugué nunca, era la banca de la banca, entonces, te quitan la ilusión, las ganas y el deseo. Seguí jugando porque me encantaba, con mis amigos de toda la vida, con quienes desde niño empecé a jugar".

Moreno llegó derrotado a la casa club, que en ese entonces estaba ubicada en la Colonia Americana. El cuarto 8 lo despidió y algunos prefirieron evitar la escena; otros, en cambio, vieron cómo sacaba sus cosas de su casillero: su escasa ropa y sus sueños rotos.

En una noche decembrina, muy fría, llegó su papá. Entonces, el llanto se desbordó. Abrazo protector de su padre y mucha desilusión.

"Nos vemos, cabrones. Mucha suerte", se despidió Moreno de algunos compañeros en la choza, como le decían a la casa club.

Sin cenar, ni conocimiento de la Ciudad, ambos comenzaron a caminar por la calle en la que estaba la puerta trasera del complejo. Así se fue Moreno del Atlas: por la puerta de atrás, de manera fría, cortante y en medio de la oscuridad.

Sus siluetas poco a poco se perdieron en la distancia. El frío seguía mordiendo y el padre intentaba proteger a su hijo de que aquel golpe que en el corazón. Humillado y sin oportunidades, Moreno se fue de Guadalajara.

 
 
GRACIAS, MAMÁ
 
Desilusionado, nada quería saber, absolutamente, de futbol. Prefería estudiar y olvidarse de su sueño, pero alguien sí le vio talento y pensó que podía llegar lejos. A los pocos meses le hizo tomar una prueba con los Pumas.

A pesar de que en su familia le insistían en que acudiera a México para probarse, sus recuerdos en los Rojinegros le paralizaban las piernas y le inyectaban miedo. Ya había sido corrido y humillado por una de las mejores canteras. No quería que volver a pasar por lo mismo.

Entonces, su mamá, Alcira Herrera, psicóloga de profesión, entró en acción: supo quitarle los prejuicios y el miedo. Lo animó a realizar la prueba, con la idea de que, si no pega, despegado estaba.

"Siempre digo que mi madre tuvo algo muy importante. Ella es sicóloga, no sé qué tipo de sicología utilizó para que yo me animara otra vez, porque no quería ir a la prueba a Pumas. Decía: '¿Para qué? Si ya no quedé en Atlas, ya no valgo para esto; no sirvo. ¿Para qué voy a generarme ilusiones y expectativas si me van a regresar otra vez como ya me pasó?'.

"Ella ha sido puma toda la vida, entonces, era como cumplirle un sueño. Me llenó la cabeza, como lo hacen las mamás, y ella fue quien hizo que fuera a Pumas", relató el sinaloense.

Moreno fue aceptado en la cantera de los Pumas en 2003. Pronto se ganó respecto y se hizo titular en su categoría.

En el título de México en el Mundial Sub 17 de 2005, Moreno fue titular y, de regreso, fue incluido en el primer equipo de la UNAM.

 
 
CALIDAD EUROPEA
 
Moreno no sólo consolidó su carrera en México, sino que fue fichado por AZ Alkmaar, de Holanda. Justo en una noche de diciembre, el mes en el que había sido echado del Atlas cuatro años antes, se enteró de que se iba al futbol europeo.

Su calidad ha resaltada por expertos como Johan Cruyff, quien quería incluirlo en su proyecto cuando fue asesor general en las Chivas.

Tras jugar con el AZ durante cuatro temporadas (2007-2011), fue fichado por el Espanyol, donde jugó otros cuatro años (2011-2015) y desde a mediados de 2015 juega para el PSV, donde coincidió con un canterano del Atlas, Andrés Guardado.

Moreno es indiscutible en la Selección Mexicana, con la que ha participado en dos Mundiales: Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Incluso ha portado el gafete de capitán.

Aquel niño que no paraba de llorar en diciembre demostró que sí tenía talento, a diferencia de lo que le decían los entrenadores del Atlas.

Vaya que no siempre tienen la razón aquellos que se jactan de conocedores.

 
 
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