El diseño del torneo vuelve a cumplir su cometido: ha dejado para la última jornada varias decisiones pendientes, de las que la permanencia en Primera División es la más importante.
Que Veracruz haya ligado dos triunfos por primera vez en la campaña le ha permitido la ansiada salvación.
Pero en el caso de Jaguares y de Monarcas, la insistencia de ser malos en los últimos tres años
ha sido tal, que la decisión se definirá por una nariz de distancia.
Jaguares visitará al Atlas, hermano del Morelia y tercer lugar general gracias a su victoria sobre el América y a que en casa en todo el torneo solamente ha perdido un partido, el de la fecha seis contra las Chivas. Rival por cierto, mucho más poderoso que los atribulados chiapanecos.
Morelia, en duelo que también deberá jugar a las nueve de la noche en casa de Rayados -sublíderes generales con posibilidades de destronar a Xolos de la cima en la última fecha- no es que la vaya a tener fácil.
La calculadora dice que si hubiese empate en los puntos acumulados, Morelia tiene mejores números en los otros criterios para definir: diferencia de goles y resultados particulares. Y eso sucedería si Jaguares saca el empate y Monarcas pierde.
Afortunadamente, en ambos casos el adversario tiene motivos para ganar el partido: no puede poner una alineación alternativa, no puede descansar a nadie para alistar la Liguilla. Pero no estaría de más reglamentar el mínimo de titulares a utilizar en este tipo de duelos por el equipo que pudiera estar desinteresado.
Con la atención puesta en esos duelos, cada quien atiende sus intereses y por lo tanto cobra gran importancia el América-Pachuca, que podría hasta dejar fuera de la Liguilla a las Águilas si cayeran otra vez en casa. El León-Cruz Azul por la última esperanza esmeralda y porque los celestes tienen que mejorar su cociente para el próximo torneo.
Pero del Xolos-Veracruz dependerá tal vez el liderato general y del Necaxa-Chivas la posición del Guadalajara y un posible milagro necaxista.
Posiblemente solo el Pumas-Puebla no tenga incidencia inmediata en lo que sucederá pronto, pero a los locales les urge responder después de tres derrotas al hilo frente a un más humilde adversario que de los últimos cinco partidos ha perdido cuatro.
La diferencia de tres unidades entre el séptimo y el décimoprimer lugar hacen de este torneo el más cerrado de los últimos tiempos y el que menos favoritos tiene para dar la vuelta olímpica. Mas que nunca, cualquiera puede ganar.
La última jornada será protagónica y decisiva. No descartemos alguna gran sorpresa.
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