'QUIRICOCHO'
De todos es bien sabido que en el mundo del futbol las cábalas y supersticiones van casi de la mano con lo que ocurre en la cancha, muchas veces el trabajo táctico puede echarse a perder por la "suerte", es por ello que a veces es mejor, aliarse con ella para evitar sobresaltos, o mejor aún, para ganar un partido.
Cuando todo depende precisamente de la suerte,
cuando ya no hay mas para dónde hacerse y la única forma de aferrarse al resultado positivo depende exclusivamente del error del rival, lo único que queda es gritar con toda devoción y fuerza ¡Quiricocho!
LA LEYENDA DE QUIRICOCHO
No hay datos fieles, no hay un registro, al menos no en la memoria colectiva de cuál era el nombre preciso de este personaje que cansado de su mala suerte, decidió usar su "don" a beneficio de su querido Estudiantes de La Plata.
La realidad es que si bien seguro tiene un nombre, es tal vez más romántico y emotivo utilizar la palabra de su apodo para hablar de uno de los "conjuros" más efectivos en la cancha.
La leyenda cuenta que por ahí de la década de los 60, cuando el equipo argentino Estudiantes de la Plata pasaba por un mal momento por tantas derrotas, la única explicación que encontraron fue que este muchacho de apodo "Quiricocho era el culpable, situación que llegó a oídos del propio aficionado.
Sabedor de que tenía un "potencial" que no había sido explotado a favor de su adorado equipo, "Quiricocho" se puso al servicio de Estudiantes y comenzó a idear el plan perfecto para revertir los malos resultados.
Así, gracias a la ayuda de un conocido y amigo suyo que trabajaba como guardia en la puerta de la cancha del Estadio Ciudad de La Plata, pactó que le permitiera entrar previo a los juegos del club como local para "saludar" a los rivales del "Pincha", como también es conocido el cuadro platense.
El saludo consistía en darle una palmada a los jugadores del rival en turno, deseándoles "buena suerte", y de esta forma, el conjuro, hechizo o cábala comenzaba a surtir efecto.
Suerte o no, pero esa temporada el equipo salió campeón del Torneo Metropolitano, se metió a la Copa Libertadores y llegó a la jugar la Copa Intercontinental que le ganó al Manchester United en 1968, siendo ese el mayor legado de "Quiricocho".
LA EXPLICACIÓN DE BILARDO
Si alguien conoce de cábalas y las sigue, o seguía al pie de la letra, ese era Carlos Salvador Bilardo. El "Narigón" es tal vez uno de los técnicos que más cree en las supersticiones. Como cuando en el Mundial de México 86, cuando salía a poner un dulce en el centro del campo previo al juego, o hacer que los jugadores de la Selección viajaran en los mismos asientos del autobús y escuchando exactamente la misma música antes de llegar al estadio, o prohibirles comer pollo, porque eso daba mala suerte.
"'Quiricocho' era un muchacho de La Plata que siempre estaba con nosotros, y como ese año salimos campeones lo adoptamos como nuestro amuleto. Era un buen pibe pero después ya no lo vi más", contó sobre el amuleto del "Pincha".
"La última vez que estuve dirigiendo a Estudiantes pregunté por él y nadie sabía nada, pero aunque no lo creas, cuando fui a España a dirigir al Sevilla hubo un penal para los otros y escuché atrás mío que alguien susurró: 'Quiricocho, Quiricocho' y no lo podía creer, hasta que el Cholo (Simeone) y Diego (Maradona) me avivaron que ellos lo habían dicho un par de veces y el resto lo aprendió. ¡En Europa! Parecía mentira, pero gritas 'Quiricocho' ¡Y erran!".
Tal vez así era más emotiva la historia, el amuleto que le dio un título a Estudiantes y después no se supo más de él, pero que dejó el legado no sólo para el cuadro platense, sino para el futbol mundial.
HASTA LONDRES 2012
La única medalla de oro en futbol para México en unos Juegos Olímpicos se dio en Londres 2012, cuando el Tri de Luis Fernando Tena comandado por Oribe Peralta vencieron 2-1 a Brasil en el estadio de Wembley.
En el documental "Oro, el día que todo cambió", los jugadores de México que fueron protagonistas de dicha hazaña, cuentan, cómo en el último minuto, cuando Hulk mandó un centro que dejó sólo a Oscar y que podría ser el gol del empate para Brasil y echar a perder el sueño del oro olímpico, a los tricolores no les quedó de otra mas que recurrir a la suerte, a la bendita suerte que a veces resuelve títulos, como pasó aquella tarde del 11 de agosto del 2012.
Carlos Salcido narra en dicho documental que lejos de encomendarse a una atajada de Jesús Corona, se encomendó al amuleto de Estudiantes de la Plata para que el oro no se los quitaran del cuello.
"Hubo un momento que yo me quedo paralizado, cuando veo que viene el centro y se eleva (Oscar), le aventé mi palabra la de futbolista, la de 'Jiricocho', que es como echarle la sal, la mala suerte", resumió Salcido, tropicalizando el término, cambiando la primera letra del apodo por una"J" en vez de la "Q".
"Jiricocho", también gritó Néstor Araujo, y sí, como por arte de magia, como por azar del destino, como por suerte, ese cojuro hizo efecto en contra de los amazónicos y a favor de México para conseguir el metal dorado en la edición de Londres 2012.
No sé si hay una clase además de fundamentos tácticos que les inculquen a lo jóvenes en Fuerzas Básicas de los equipos a lo largo del mundo, que detalle y explique cómo y cuando usar el término "Quiricocho", pero esa vez a México le salió a la perfección.
Las cábalas a través de la historia del futbol mundial seguirán existiendo, y mientras existan historias como ésta, los amuletos seguirán viviendo y formando parte de los equipos del futbol. ¡Quiricocho!.
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