"Lo único que un golfista implacable necesita es más luz en el día".
Ben Hogan, profesional de golf
El Torneo Nacional Interzonas Juvenil-Infantil es el referente de lo que sucede en las diferentes Regiones de País y de lo que estaría por venir. En el Torneo, cada una de las siete regiones en que esta dividida la organización del golf nacional trata de mostrar su
músculo con la obtención de los resultados.
El Interzonas ha pasado a ser un pequeño "dual-meet" hace 50 años, entre dos Regiones (Norte-Sur), a uno de gran envergadura, pues tan sólo la organización y logística son todo en un acontecimiento: se juegan 12 categorías entre niños y niñas, desde los siete años hasta los 18, o sea, participaron 374 jugadores. Para albergar bien el evento se requieren tres campos de golf disponibles, y no cualquier ciudad los tiene, la edición que recién terminó fue en el Club Campestre de Puebla, Club de Golf El Cristo y La Vista Country Club, en Puebla.
Al Interzonas llegan los chavos sabiendo que se han ganado un lugar por haber sido de los mejores en los cinco-siete torneos de su Gira Regional; les emociona el tema de jugar bien para ayudar a su categoría y al equipo para ganar la Copa Challenge. Pero también se libra otra competencia fuera de los fairways, entre los directivos de las Regiones que luchan por los derechos de "presumir" quienes han hecho mejor trabajo durante su gestión.
La función más importante para cualquier directivo durante su la voluntaria gestión para su Asociación es el impulso al crecimiento del golf infantil-juvenil, así que lo que suceda en el Interzonas representa el trabajo hecho. Entonces, al Interzonas le apuestan a que todo salga bien, empujando en la preparación final de los chavos, llevando instructores-coaches-papás voluntarios y todo lo que se necesite para lucir esos tres días de competencia, pero los resultados no dependen de ellos y serían buenos o malos según haya sido la preparación de los jugadores desde tiempo atrás.
Las Asociaciones Regionales podrán tener metas importantes y querer que su región sea muy competitiva, la realidad es que los esfuerzos y las metas están prendidos de lo que cada club en esa región quiera hacer con su propia área de enseñanza.
La preparación de los chavos depende de las metas que cada club tenga para su departamento de instrucción. Afortunadamente, algunos clubes si tienen metas importantes para el impulso del golf competitivo, empujan sus programas con vigor y promueven la capacitación de sus instructores, pero también hay otros clubes (algunos muy importantes y consolidados, incluso) que poco les interesa tener socios o hijos de socios con formación competitiva y sus programas de enseñanza son simplemente para cumplir con un servicio social a sus socios.
Para los directivos que sueñen con hacer fuerte su Región en el golf competitivo, tienen que convencer a los clubes de su Zona de tener metas parecidas, pues, no lograrlo, limita las posibilidades de lucirse en el Nacional Interzonas.
Hasta el próximo green.
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