En la inmensa mayoría de los casos, es el futbolista quien aporta dinero a las causas de los aficionados del equipo... a veces para festejos, a veces para desgracias o a veces para solicitudes altruistas; pero no es para nada extraño que al jugador se le solicite algún donativo y que lo aporte.
Hoy le voy a contar una historia muy particular, única diría yo, una historia de reciprocidad
entre fieles seguidores y celebridad: la historia de José Luis González Arsola, mejor conocido como "Calaca II".
Durante 10 años, "Calaca" defendió los colores del Atlante, desde la Segunda División hasta el Torneo México '86, pasando por el subcampeonato de Liga en la Temporada 1982-83.
Y es que algo maravilloso sucede en las entrañas de nuestro equipo que atrapa sentimentalmente futbolistas e hipnotiza emocionalmente porristas. Es quizá el entendimiento del mismo sufrimiento lo que genera tanta solidaridad y comprensión entre ambas trincheras, para documentar casos tan insólitos como el de José Luis.
Uno de esos días en que se invitaba a jugadores de la Reserva para completar interescuadras, hacia finales de los años 70, un jovencito de nombre Javier Lazcano y de apodo "El Pelos", realiza una jugada vistosa por la banda e hizo ver mal a Zárate. A la siguiente jugada Zárate propina tremendo codazo al "Pelos" y le produce una hemorragia escandalosa. De inmediato "Calaca" se acerca al juvenil, lo levanta, lo lleva hacia la banda y se lo encarga de manera especial al doctor. Una vez terminado el interescuadras, González Arsola, quien era ya un consolidado futbolista, se preocupa, atiende y establece relación con el famoso "Pelos". Sin saberlo, esa actitud hacia un joven le permitiría permanecer vivo muchos años más tarde.
Por causas principalmente de rebeldía, José Luis se retira en 1987. Pronto cae en el alcoholismo. Poco se sabe de él en los años venideros, con trabajos muy inestables, hasta que en el 2005 sufre dos paros cardiacos y cae 18 días en coma.
Es justamente aquí donde "El Pelos" retribuye aquel detalle del interescuadras, casi 30 años después y como miembro de la porra desde que dejó el futbol sin llegar a debutar: se hace cargo de "Calaca", ya con diabetes, úlceras en el esófago, problemas cardiacos, daños en los pulmones y en silla de ruedas. La iniciativa de Lazcano sensibiliza a diversos atlantistas que con sus donativos permiten a "Calaca" sobrellevar su tratamiento de manera intermitente por algunos años. Apenas un austero cuarto en el segundo piso de un taller mecánico era su hogar, cerca de Toluca.
Conforme pasaba el tiempo, cada vez más integrantes de las porras atlantistas se sumaban a cuidado del "Calaca". Se convirtió en una especie de misión de salvamento y servicio social su atención dentro de las porras, con Katia Zamora y "Goyo" a la cabeza.
En enero de 2017 sufre una caída que le provoca tres fracturas. Permanece internado un mes y sale del hospital con pronóstico reservado, pero una infección estomacal termina con su vida el 24 de marzo.
Ese día no solamente "Calaca" perdió la batalla, sino que al mismo tiempo, todos aquellos atlantistas que algo hicieron por mantener vivo a uno de sus jugadores más representativos en dos décadas, también se sintieron derrotados. Gracias a todos ellos este fino mediocampista pudo vivir 12 años más de lo que sus pronósticos indicaban.
La historia de José Luis González Arsola es una de las muy pocas que han existido dentro del futbol: el ídolo a quien no se le solicitaron donativos para la porra, sino a quien sus fieles seguidores donaron incluso lo que no tenían.
Twitter: @Felixatlante12