El 'Chiqui' y el 'Negro', dueños de la albiceleste

Homero Fernández
en CANCHA


Argentina ha tenido en Maradona y en Messi, cada uno en su época, a los mejores jugadores del mundo. Los principales clubes, y hasta los más humildes, cuentan con futbolistas y entrenadores gauchos. No se puede negar que, después de Brasil, es el mejor semillero.

Pero, internamente hace tiempo que el futbol argentino vive en crisis: violencia en las canchas, disputas políticas, fraudes

electorales, caos institucional y hasta el riesgo efímero de quedar afuera de un Mundial.

Gobernada durante años por el influyente Julio Grondona, quien a su muerte dejó el vacío del poder y corruptelas pendientes, la Asociación de Futbol Argentino (AFA) fue intervenida por la FIFA luego que la elección del sucesor quedó empatada 38-38 aunque votaron 75 delegados.

Esta semana, Claudio "Chiqui" Tapia se quedó con el sillón casi por unanimidad. Su victoria la tejió con la alianza de los clubes pequeños y oponerse no parecía sabio para muchos.

Dado los resultados, los críticos dicen que la condición de la FIFA de filtrar en un comité de ética de la Conmebol a los candidatos para asegurar la transparencia y calidad moral, ha sido otro fraude.

El origen de Tapia, como Maradona y la gran mayoría de los jugadores, es humilde. Emigró a Buenos Aires donde barría las calles para una empresa de la familia del actual presidente argentino Mauricio Macri.

Se vinculó al futbol como jugador, entrenador y dirigente del Barracas Central, un equipo de un barrio obrero que también supo rescatar de la ruina cuando la crisis económica de 2001, ya en su papel de dirigente sindical camionero.

Tapia había trabajado como chofer de carga y ascendido en el gremio en cruentas batallas políticas y sindicales. Allí un amigo le presentó a su hermana y con ella se casó. Era la hija del líder de los camioneros: Hugo Moyano, quien lleva 30 años liderando el sector. De origen peronista, el "Negro" es considerado el sindicalista más poderoso de Argentina. Tiene siete hijos, entre ellos Paola la esposa de Tapia a quien también lo considera un "hijo".

Maneja el entramado de poder y negocios delegando en la familia y súbditos leales. Pablo, el mayor, es la mano ejecutiva del sindicato.

A su segunda esposa la conoció cuando ella demandó al gremio por medio millón de dólares. La empresaria Liliana Zulet no aceptaba ningún trato y Moyano decidió conducir personalmente la negociación. Se vieron, discutieron y él se enamoró. Le pagó la deuda y se casaron.

"El Negro" es el presidente de Independiente desde 2014 y nunca ha ocultado su interés por dirigir la AFA. Ahora, a los 72 años, debe conformarse con ser el segundo vicepresidente y tener a "su hijo" como Presidente.

No es poca cosa para un camionero cuya madre trabajaba, en su natal Mar del Plata, en una procesadora de pescados llamada Macchiavello.

 
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