Robert Mugabe tiene 93 años. Es uno de los trágicos ejemplos de los dictadores africanos que aún se mantienen en el poder. El presidente de Zimbabwe lleva 30 años imponiendo su ley a sangre y fuego. Ahora amenaza con dejar la silla a su esposa.
Tres décadas estuvo a punto de cumplir otro perenne mandamás del continente negro. Esta vez, no en la política tradicional, sino en la de la
pelota.
El camerunés Issa Hayatou llevaba 29 años al frente de la Confederación Africana e iba por más. Pero esta vez no pudo mover a gusto los hilos de su omnipotencia y una votación lo destronó por primera vez desde 1988.
Ahmad Ahmad, originario de la paradisiaca isla Madagascar, encarnó la resistencia de los pequeños países del sur de África y obtuvo una victoria que hubiese sido imposible en tiempos de Sep Blatter.
Hayatou era hasta ahora el último zar de la FIFA que seguía entronizado después del escándalo de corrupción que inundara a la multinacional de la pelota. Inclusive, en la transición había ocupado el puesto de presidente interino.
El malgache, como se les llama a los de Madagascar, tampoco es un bebé de pecho. Ha sido ministro y senador. Reportes de prensa lo acusan de haber recibido dinero para votar por Qatar como sede del Mundial 2022.
Tiene su reinado particular de 14 años en la federación de su país, que nunca se ha clasificado para la Copa de África, ni qué hablar de Mundiales. En su Liga compiten 24 equipos amateurs. En el ranking de la FIFA su mejor posición es la 81 (1993) y la peor, la 190 en 2014. En la más reciente está en el 137.
Eso sí, teniendo en cuenta que había sido campeona africana de futbol playa en 2015, Madagascar fue elegida como sede del campeonato africano Sub-17. Sin embargo, a 3 meses del evento la Confederación Africana decidió quitarle la organización. Ahmad Ahmad lo leyó como una represalia de Hayatou por jugársela como candidato opositor.
A diferencia de su predecesor, el malgache apoyó a Gianni Infantino en la elección del sucesor de Blatter en 2016. Ahora, en plena campaña africana, el titular de la FIFA viajó a Zimbabwe para celebrar el cumpleaños del presidente de la federación local, quien era el jefe de la campaña de Ahmad. Dados los resultados, nadie duda que hubo dedazo del nuevo jefe.
Sin embargo, muchos consideran al de Madagascar como un político experimentado que ha sabido tejer sus redes de influencia manteniendo hasta ahora una posición de segunda fila, sin hacer mucho, "nadando de muertito".
La transparencia y el final de viejas prácticas fueron su escudo y espada en la lucha contra el "rey" Hayatou.
Aunque hay escépticos que no creen que nada cambie.
A la hora de la victoria sus partidarios lo levantaron en brazos. Lucía como se ven los héroes que tocan la gloria; como lucen, si se perpetúan, los dictadores.
Twitter: @mundodepelota
