"Bastones más largos no ayudan a golfistas más altos".
Jack Nicklaus, profesional del golf
El Mexico Championship llegó al País con la velocidad de un rayo, generó expectativa mixta y logró resultados sorpresivos.
El PGA Tour sabía que estaba contra el tiempo para organizar un torneo del World Golf Championships Series en ocho meses, cuando ellos requieren dos
años para prepararlo. Los mejores jugadores no conocían México, no sabían qué esperar y siempre estaba la duda si la afición mexicana respondería al evento.
La competencia en el Club de Golf Chapultepec superó lo que cualquiera hubiera imaginado, empezando porque los mejores golfistas fueron sorprendidos al no encontrar un campo común a lo acostumbrado cada semana, o sea campos que no requieren tanto estudio de diseño, rasgos y estrategia, y se encontraron con uno que ni los mejores aparatos de tecnología (Trackman o ShotLink), caddies superexpertos y coaches podían descifrar claramente.
La muestra del engaño está en los scores. El primer día lo más bajo fue un 4 abajo del par y el promedio de los 76 jugadores dio .645 golpes por arriba del par 71 (segundo campo más difícil del PGA Tour en la temporada).
A partir de ahí, todo mejoró. Los jugadores soltaron sus sentidos para no depender de conversiones confusas, los promedios disminuyeron y los scores bajos alcanzaron los 6-8 abajo del par.
Otra gran muestra de lo competitivo que estuvo fue que ningún jugador se apropió del liderato. Hubo mucho intercambio en los cuatro días de competencia y más expectativa sobre quién se sobrepondría.
Ni el mismo campeón Dustin Johnson pudo disfrutar de una ventaja de 4 golpes faltando 9 hoyos por jugar porque en el Chapultepec se dieron combinaciones interesantes por los errores en hoyos sencillos y birdies en los complicados.
Entre los hoyos 11-14, el español Jon Rahm jugó con tres abajo, mientras Johnson con dos arriba. El campeón (Johnson) retomó la punta al salir al 17, pero Tommy Fleetwood apareció de repente con un sensacional birdie en el 18 y un 4 abajo en los últimos nueve para poner presión a Johnson, quien con el mejor golpe del torneo, por su grado de dificultad desde una trampa de fairway a las 125 yardas, acabó con el drama al ponerla en green y salvar el par para evitar un desempate con el inglés.
Al final se sobrepuso quien es el mejor jugador del momento y por eso es el número uno del ranking mundial, Dustin Johnson, y lo hizo porque fue el más paciente con los engañosos greens.
De los 77 jugadores, él fue el lugar 74 en efectividad de meter putts de menos de tres metros; claro, fue el que menos líos encontró con los golpes de salida y más oportunidades generó para hacer birdies.
El torneo fue simplemente estelar en todos los sentidos. La afición respondió al presentarse en masas nunca antes vistas en un campo de golf en la CDMX.
Se estima que los dos últimos días presenciaron el torneo entre 13 mil y 16 mil personas, y en la televisión internacional hubo ratings altos, lo cual nos proyecta al mundo como un país capaz de responder ante los grandes retos. Fue un regalo que nos dio el valiente promotor.
Hasta el próximo green.
rafaelalarcongolf@gmail.com
Twitter: @ralarcon2009