Las mismas tareas pendientes

Francisco Javier González
en CANCHA


El jugador de la Liga que más faltas ha recibido es Hirving Lozano con un total de 39.

Uno de los mejores futbolistas en activo con pasaporte mexicano de origen, es acusado eventualmente de no soportar la presión de los partidos decisivos, de venirse abajo como en aquel siete a cero contra Chile en la Copa América. Pero pocas veces resaltamos que es el más castigado, que los rivales salen

a buscarle los tobillos y generalmente dan en el blanco para apagarlo lo más temprano posible.

Renato Ibarra es uno de los jugadores más efectivos en centros desde la derecha. Su velocidad es un espectáculo y sin duda que como arma, el América la tiene entre las más importantes de su arsenal.

Isaac Brizuela ha visto muchos minutos desde la banca del Guadalajara porque la competencia por el puesto es tremenda. Pero ahora que ha sido tomado en cuenta otra vez para abrir partidos, su contribución es sensible.

A su velocidad y habilidad hay que sumar una madurez adquirida a través del tiempo que le ha permitido responder en momentos clave con Toluca, Atlas y ahora Chivas.

Estos son tres jugadores caídos en la jornada del fin de semana.

La intención de quienes los mandaron en dos casos al hule y en el de Renato al quirófano, quedará en la conciencia de cada quien.

Pero existe una parte que sí se necesita afinar: la del árbitro que interpreta la acción, la del cuidado médico exigible en estadios de Primera División y la voluntad de la Liga por proteger al futbolista hábil que por naturaleza es perseguido pese a ser quien más contribuye al espectáculo.

Lo de León es difícil de entender: Renato Ibarra tuvo que ser trasladado en camilla hasta la zona de estacionamiento porque la ambulancia no estaba en el sitio indicado para atender una emergencia y el futbolista que cometió la falta, "Rifle" Andrade, apenas recibió una tarjeta amarilla.

Las tres bajas serán lamentadas por la Liga y deberán ser sancionadas de acuerdo a la naturaleza de cada una de ellas. Pero en las asignaturas pendientes ya no está solamente el expediente Veracruz sobre la violencia en las tribunas y la falta de previsión, sino también el de la preservación del jugador que si bien participa en un deporte en el que existe el contacto frecuente, tiene riesgos adicionales porque para ganar se vale de todo muchas veces.

En las próximas horas se sabrá si alguna de las directivas afectadas solicitará inhabilitación del agresor o no.

Ello no remediará nada salvo el escarmiento, pero jamás la lesión.

¿Podrá existir un mejor juicio para calificar, sancionar y corregir? ¿Para educar y obedecer los protocolos médicos que sí tiene la Liga?

El fin de semana nos recordó tareas que hace mucho no se resuelven.

 
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