Vestidas y alborotadas

Francisco Javier González
en CANCHA


Se acerca el día internacional de la mujer y seremos tanto testigos como autores de muchos homenajes a las reinas por un día.

El lado oscuro de un festejo merecido es que al día siguiente, como canta Serrat, iremos bajando la cuesta porque terminó la fiesta. Los cohetes y festejos quedarán guardados para el siguiente año y así sucesivamente para los posteriores.

En un País de

cultura machista hay que cambiar el enfoque y darnos cuenta que las mujeres ocupan cada vez lugares más importantes en diferentes niveles de nuestra sociedad. Los han conquistado con todos los honores.

Si en el deporte olímpico son las que suelen poner la cara a la hora de los resultados desde Sydney, en el futbol su paso ha sido más discreto.

Siempre se ha sabido que cuando no se tiene un lugar donde formar y educar, será imposible competir.

El futbol femenil ha recurrido para formar sus Selecciones a jugadoras que estudian y por lo tanto viven en Estados Unidos, a algunos viveros mexicanos forjados a pan y agua, y a una Federación que ya teniendo esos representativos, ha invertido gran cantidad de dinero para prepararlos.

Existen esfuerzos muy valiosos pero sin la fuerza suficiente para que en nuestro País se tenga una Liga nacional de futbol femenil con apoyo federativo, recursos de los clubes y un mercado preparado para ser incubadora.

Lo que CANCHA da a conocer en esta edición sobre la cancelación de la Copa es una pésima noticia por mucho que se intuyera.

Y ocurre porque echar a andar una empresa como estas es muy diferente a añadirle algo a lo que ya existe. Se necesita una infraestructura independiente para las chicas, y no solo una cancha más donde entrenarlas.

Los vestidores, las medidas de seguridad para los viajes, el hospedaje, los cuerpos técnicos y hasta los objetivos deportivos son diferentes cuando hablamos de futbol femenil porque apenas está naciendo y necesita un lugar seguro donde dar sus primeros pasos. No puede arrimarse a lo que los planteles masculinos tienen. No es razonable ni posible.

La llegada de Leonardo Cuéllar al equipo femenil del América es una muestra de la seriedad con que algunos toman el nuevo reto. No hay en México nadie mejor que él. Pero en otros lugares, equipos que no pueden ni con sus gastos actuales -Puebla y Chiapas- abandonaron antes de empezar.

Con nuestras futbolistas pasa lo mismo que en el Día internacional de la mujer: querríamos que el festejo no fuese de un día sino que su inserción fuera total a todos los ámbitos y todos los días de todos los años.

En ambos casos se sufre lo mismo: un retraso cultural que no se resuelve en un día ni tampoco con las mejores intenciones.

Simplemente, no estamos listos.

Y hay que decirlo con pena.

 
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