Por desgracia son recurrentes las muestras de malinchismo ofrecidas en nuestro futbol.
Además de lo nociva que ha resultado la reglita "10/8", al amparo de la cual sigue inhibiéndose el desarrollo de futbolistas hechos en México, nuestros inefables dirigentes siguen prefiriendo buscar y traer de afuera lo que de sobra existe adentro.
Una y otra vez, incluso a igualdad de condiciones
o capacidades, a todos los futboleros niveles, en la cancha, en la banca o en la mesa, se opta por darle preferencia a todo lo que venga desde más allá de las fronteras.
Ahora son, ni más ni menos, las mexicanísimas Chivas las que se han encargado de incrementar con alegría esa ola malinchista, reinstalando para ello en la palestra el nombre de César Luis Menotti.
Un extraordinario personaje del futbol mundial, campeón como director técnico de la Selección Argentina en 1978; pero sobre todo, un gran pensador que con su claridad y originalidad de conceptos se encargó en su momento de enaltecer la percepción de este juego.
Un mundialmente respetado conocedor de futbol, que sin embargo está muy lejos de conocer la realidad del balompié mexicano en general, y mucho menos la del Guadalajara en particular.
Como simple imagen para que de las Chivas se hable más en otros lares, magnífica opción la de Menotti, como asesor o en lo que sea.
Pero para verdaderamente incidir en el mejoramiento del Guadalajara como equipo y como institución, parece haber mejores opciones... aunque sean mexicanas.
En lugar de tomar decisiones encaminadas realmente a mejorar, en las Chivas los de pantalón largo siguen dando la impresión de pretender solamente apantallar.
Si de apantallar se trata, que por favor empiecen, entre otras cosas, por adecentar las transmisiones de sus partidos.
No hay que ser.
Twitter: @rgomezjunco