El valor de la lealtad
Hay capítulos que marcan a la gente e incluso influyen en su forma de ser.
El descenso que sufrió el River Plate en la temporada 2010-2011 fue un hecho histórico. Los ojos del mundo apuntaban a Buenos Aires, donde uno de los equipos grandes del futbol argentino se había ido a la Segunda B. Aparecieron actos vandálicos, caos y violencia. Para muchos ese
26 de junio fue un domingo triste.
El hoy técnico de las Chivas, Matías Almeyda (21 de diciembre de 1973, en Azul, Argentina), vivió ese pasaje como futbolista, pues era uno de los referentes de aquel equipo millonario que pasó a la historia por el fracaso monumental.
Pero otro capítulo marcó la carrera de Almeyda, justo un año después. Hubo quien lo consideró un acto de traición o, por lo menos, de malas formas.
FIERRO CALIENTE
En cuanto el River Plate descendió, Almeyda alzó la mano para ser el técnico en la B, sin mucho dinero y críticas de sobra, porque se trataba de su debut y el escenario lo ponía como el responsable de regresar a los Millonarios a Primera.
En el armado del equipo, dos jugadores históricos del River hicieron campaña y asumieron la responsabilidad de ascender el equipo lo más pronto posible, aunque no hubiera dinero: Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez.
Por medio de su representante, ambos futbolistas regresaron al River cuando nadie más lo propuso, levantaron la mano y se echaron encima una problemática que no habían generado.
El River logró el ascenso al año siguiente. Para muchos había fiesta, pero no para el presidente, Daniel Passarella.
Durante ese año, Almeyda, el "Chori" y Cavenaghi, intentaron reformar al club, lucharon para que se les pagara a los juveniles, pues algunos tenían dos años sin cobrar, y remodelaron el vestidor, el cual catalogaban como miserable, pues tenía sillas rotas y dos baños a los que no les servían las puertas.
Pero el presidente Passarella lo veía con malos ojos, pues de cierta manera lo desnudaban e incluso llegaron a cuestionarlo porque había hablado con Miguel Ángel Ruso para que relevara a Almeyda en el banquillo a medio torneo.
Cavenaghi le advirtió que, si corría a Almeyda, él se iba también y, por supuesto, estaba arropado por Domínguez, dos referentes y máximos emblemas de aquella plantilla.
Todo eso desgastó la relación entre los jugadores y el presidente.
¿TRAICIÓN?
La gota que derramó el vaso fue cuando el "Chori" declaró, después de un partido, que estaban solos, pues la directiva no se merecía el inminente ascenso porque ningún dirigente acudía a los entrenamientos y que sólo se aparecían cuando la prensa tenía acceso para que los vieran.
Días después de regresar a Primera, Passarella le dijo a Almeyda que no quería a Cavenaghi ni a Domínguez en el club, cuando ellos, por su voluntad, habían propuesto regresar a un River en llamas y en el descenso, y le habían regresado un poco de orgullo.
Almeyda se vio rebasado por la situación. Dos de sus pupilos, con quienes había hecho un equipo poderoso a lo largo del año, ya no podían seguir y, cuando la prensa lo cuestionó acerca de la renovación de sus contratos, su respuesta fue que ya no iban a continuar. ¡Bomba!
El técnico no se los había comunicado a los jugadores. Desde luego, las formas no fueron las mejores.
El "Chori" y Cavenaghi se enteraron a través de los medios que ya no estaban en el River. Passarella se había salido con la suya, pero eso era lo que más les dolía, sino que Almeyda no los defendiera y tolerara que le impusieran esas condiciones para seguir al frente del equipo.
"Nos enteramos por el periodismo, estábamos saliendo de un programa y nos empezaron a llegar los mensajes al teléfono y ahí no enteramos de lo que había sucedido", recordó Cavenaghi, en el programa Animales Sueltos, que conduce Alejandro Fantino.
'QUÉ DESASTRE'
Momentos después de que declaró que sus referentes no iban a continuar, Almeyda se dio cuenta de lo que había hecho, pero era demasiado tarde.
"Me arrepiento de cómo se manejaron las salidas de 'Chori' y Cavenaghi. Me agarró muy inmaduro y fue un punto en contra en mi carrera. Recuerdo que cuando me iba para mi casa, después de que se decidió, pensé: '¡Qué desastre que hice!'", lamentó Almeyda.
El ahora técnico de las Chivas intentó disculparse con ambos jugadores, pero ellos estaban malhumorados; de hecho, el "Chori" Domínguez aseguró en más de una ocasión que estaba profundamente decepcionado del "Pelado".
"La salida de ellos estuvo mal manejada por mí. Reconocí mi error. Luego hablé en privado con ellos y lo que hablamos queda entre nosotros. Fue una situación que me superó. Fue horrible. Se me fue de las manos. Será algo que me queda de aprendizaje para mi futuro como entrenador", agregó Almeyda.
Otro de los detalles que les molestó a los jugadores fue que ellos, en su momento, determinaron defender a Almeyda, al grado de amenazar con irse del club si lo destituían.
"Yo le dije a él que tendría que haber dado un paso al costado. En su momento, nosotros defendíamos a Almeyda, cuando se pensaba en echarlo, y el que venía era Miguel Ángel Russo. Le dijimos a Diego Turnes (vicepresidente) que, si lo echaban, nos íbamos del club", recordó el "Chori".
APRENDIZAJE
El aspecto humano que en la actualidad muestra el timonel del Guadalajara en gran medida se debe a eso. Aquel aprendizaje en su año de debut como técnico, en el que no tuvo el carácter para enfrentar a un presidente caprichoso, lo dejó marcado.
A final de cuentas, ambos ofensivos no continuaron con el River para la campaña 2012-13.
Cavenaghi se fue al Villarreal, luego pasó por el Pachuca y volvió a los Millonarios, con los que ganó el título de la Copa Libertadores 2015, bajo el mando de Marcelo Gallardo.
Domínguez emigró al Rayo Vallecano y actualmente juega en el Olympiacos.
Mientras, a Almeyda le quedó claro que las cosas en el futbol son crueles y desde ese momento se ha distinguido por ser uno de los entrenadores más honestos y transparentes en un mundillo que puede ser muy traicionero.
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