Quedó atrás el primer fin de semana de los Playoffs, y en muchos sentidos, los cuatro duelos han resultado decepcionantes.
El nivel de los equipos comodines ha dejado mucho qué desear, y esto ha provocado que la diferencia promedio de 19 puntos en los resultados finales le haya restado dramatismo a dichos partidos. Aun así, considero que hay muchos detalles rescatables de lo visto entre
sábado y domingo, y de manera particular vale la pena señalar la actuación de dos jugadores de excepción que pasan por un momento espectacular en sus respectivas carreras.
Aaron Rodgers es el motivo por el que los Empacadores están en la postemporada, tras haber ligado seis triunfos para concluir el calendario. Y tras su brillantísima actuación ante los Gigantes, el talentoso mariscal de campo ha confirmado que, jugando a ese nivel, convierte a Green Bay en un rival al que nadie quisiera enfrentar.
Debo confesar que en los más de 35 años que llevo siguiendo la NFL, nunca había visto a nadie moverse con tanta maestría dentro y fuera de la bolsa de protección. Es evidente que Rodgers tiene un brazo privilegiado y que la precisión de sus envíos es de excepción, pero estoy convencido de que la cualidad que lo hace diferente, y terminará llevándolo al Salón de la Fama, es la capacidad para alargar las jugadas con movilidad, pero sobre todo con inteligencia y sentido de la oportunidad.
El pase de anotación que completó con Davante Adams ilustra a la perfección las cualidades únicas de Rodgers, y las dificultades que cualquier defensa rival pasa para nulificarlo cuando está, como ahora, "conectado".
En Pittsburgh, la ofensiva ha vuelto a depender del ataque terrestre gracias a la invaluable presencia de Le'Veon Bell. Tal como en el caso de Rodgers, nunca me había tocado ver a un corredor capaz de detenerse casi por completo al llegar con el balón a la línea de golpeo, para esperar con paciencia el trabajo de la línea ofensiva y atacar después el hueco más conveniente.
La inigualable explosividad de Bell se combina con su extraordinaria capacidad para evitar jugadas de yardaje negativo, además de tener estupendas manos y correr trayectorias muy precisas cuando es colocado como receptor.
Aunque su carrera apenas empieza y su fragilidad física es un asunto preocupante, estando sano es el corredor más completo y peligroso de la NFL.
Más allá de qué tan lejos puedan llevar a Acereros y a Empacadores en los Playoffs y de las preferencias de cada aficionado, ver en acción a Rodgers y a Bell es una oportunidad que no se puede dejar pasar.
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