Mucho se ha hablado del canadiense Ed Whitlock, quien a los 85 años corrió el Toronto Waterfront Marathon en octubre registrando un tiempo de 3 horas, 56 minutos y 34 segundos, un récord mundial para esa edad.
Su mejor tiempo en maratón, en términos comparativos, lo corrió a los 73 años, cuando marcó 2h 54'49" en ese maratón canadiense.
El plusmarquista master corrió su primer
maratón a los 44 años y a los 48 registró el mejor cronometraje de su vida: 2h 31".
"El caso de Whitlock llama la atención por tratarse del mínimo envejecimiento reportado en un ser humano", aseguró el doctor Michael Joyner, de la Clínica Mayo, quien se ha especializado en el tema del envejecimiento.
"Eso muy probablemente se explica por la presencia de un nivel elevado crónicamente de 'neurotrofinas' en su torrente sanguíneo, una proteína conocida por proteger y nutrir las neuronas, que se genera como resultado del ejercicio aeróbico", agregó el facultativo.
Cierto que la genética debe jugar un rol muy importante para alcanzar en los resultados de Whitlock, pero probablemente hay algo más, que tiene que ver con su estilo de vida y su entrenamiento, que son determinantes en su longevidad atlética -y humana-.
Algunos puntos interesantes acerca de lo anterior son los siguientes en el caso de Whitlock:
Su último maratón lo corrió con unos zapatos que tienen 15 años de uso. No se preocupa mucho por las novedades tecnológicas de amortiguamiento ni por el envejecimiento de las suelas de sus tenis.
No tiene entrenador, ni sigue una dieta específica. Tampoco usa suplementos alimenticios ni acostumbra tomar los baños de hielo. No lleva la cuenta de su kilometraje acumulado ni usa pulsímetro ni GPS para entrenar.
¿A qué vine todo esto? A una reflexión muy sencilla: ¿No será que Withlock ha trascendido todos los niveles de la vida deportiva de un corredor, pudiendo haber llegado al punto en el que corre simplemente por el placer de correr?
Recuerda que correr es salud y algo más... mejor calidad de vida.
¡Feliz Año Nuevo!
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