San Cadilla
en CANCHA


Manejo de la ira
 
 
Mientras Moisés Muñoz tomó con calma y profesionalismo su eventual salida del América cuando se filtraron los "intercambios" con Santos Laguna, hubo alguien que tuvo una reacción poco encomiable.

Me cuentan algunos cuates que se aventaron el viaje a Japón para el Mundial de Clubes, que Ventura Alvarado se transformó en cuanto supo que estaba fuera

del Nido y si bien nunca fue un tipo alegre y dicharachero, allá por tierras niponas se convirtió en un energúmeno que desquitó su frustración con quien se le acercara, que no tuviera que ver con el equipo.

El hoy flamante refuerzo de los Guerreros exhibió su peor repertorio de insultos a la banda que trató de entrevistarlo en los espacios propios para ello y en una ocasión, de plano, les "pintó dedo" a los reporteros, mientras les recordaba a sus señoras madres, provocando la sorpresa incluso de quienes estaban a su lado.

Si alguno de ustedes duda de esta versión, pues baste recordar que, el domingo pasado, el angelito fue de los más violentos en la trifulca ante Tigres en los tiempos extra de la Final, al grado de hacer el ridiculazo de ser expulsado pese a estar en el banquillo de suplentes.

Ahora, su ira mal manejada ya le costó a Santos no poder contar con su bonito refuerzo para los dos primeros partidos del Clausura 2017 por la suspensión que le aplicaron.

Ojalá y allá en Torreón lo manden a un curso de buenos modales.

 
 
 
Marchesín, el heredero
 
 
Y hablando de ira americanista, por mucho que ha tratado de ser diplomático en su llegada al Nido, Agustín Marchesín va a tener presión desde su debut.

A partir del primer día deberá luchar contra la etiqueta de mercenario que americanistas y antiamericanistas le han colgado, primero por afirmar meses antes de la negociación por la que llegó a las Águilas que él nunca ficharía por los azulcremas, y segundo porque, sin querer, dejó chiflando en la loma a Moy Muñoz, a quien la directiva hizo a un lado para hacerlo titular.

No puedo esperar a que inicie el 2017.

 
 
 
La duda de Marco
 
 
Para anunciar su adiós del futbol profesional, Marco Palacios organizó una conferencia de prensa el lunes 19 de diciembre en su casa, misma que estuvo muy cerca de no llevarse a cabo.

El "Pikolín 1" tenía muchas dudas sobre si su convocatoria tendría respuesta, por aquello de que los medios estaban ocupados en la Final del Apertura 2016.

La idea de que nadie fuera al anuncio de su retiro provocó que el ex defensa se bajoneara y pensara que lo mejor era dejar todo así, hasta que apareció su esposa.

Fue ella la que sacó de la duda a Palacios y le dijo que confiara en que su invitación iba a tener éxito, por lo que el jugador agarró valor y sí convocó a los medios.

Para su fortuna, la respuesta fue muy buena, su casa se llenó de micrófonos y, aunque con la frustración de que ya ningún equipo recurrió a sus servicios como jugador, el futuro entrenador pudo cerrar su carrera como futbolista con una sonrisa.

 
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